Los últimos días del Edén
Los últimos días del Edén | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Medicine Man |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | 7 de febrero de 1992 |
Duración: | 104 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | John McTiernan |
Guión: | Tom Schulman, Sally Robinson (Basados en una historia de Tom Schulman) |
Producción: | Andrew G. Vajna production |
Fotografía: | Donald McAlpine |
Música: | Jerry Goldsmith |
Reparto: | Sean Connery, Lorraine Bracco, Francisco Tsirene, José Wilker |
Información suplementaria | |
Otros datos: | No hay otros datos |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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John McTiernan (1992)
Tabla de contenidos
¿Ciencia ficción?:
Los últimos días del Edén es una de esas películas que muchos se resistirán a considerar ciencia ficción. No hay naves espaciales, no hay extraterrestres, no hay Viajes en el tiempo...
Sin embargo, la película plantea un hecho que difiere de la realidad (el posible descubrimiento de una cura contra el cáncer), lo desarrolla de forma coherente y se vale de ello para criticar la deforestación del Amazonas y el exterminio de las tribus locales... o eso intenta.
Medias tintas:
Como tantas veces en el cine de Hollywood, la aparente crítica no es más que un recurso fácil. El "malo" es una compañía petrolífera que pretende abrir una pista para acceder a nuevos yacimientos. La película no entra a criticar que este malo actúa para satisfacer la demanda de sus usarios: nosotros. No se plantea para nada la responsabilidad de cada uno en el exagerado consumo de energía, ni se menciona que esa carretera se va a construír para alimentar el coche con el que hemos ido al cine.
De hecho, la película ni siquiera tiene el valor de hacer responsable a una compañía instaurada en un país desarrollado y se inventa una compañía local, de manera que parece que son los propios ciudadanos de ese país los que destruyen sus recursos, como si esas petroleras locales no estuvieran participadas por compañías de los países del norte y como si no fuera la exportación el principal destino de ese petróleo.
De haber sido valiente, la película podría, incluso, haber planteado que esa es una de las pocas formas que tienen esos países de obtener ingresos e industria. Que la deforestación de la Amazonia es tanto consecuencia de nuestra voracidad y de su hambre. Que si los países desarrollados redistribuyéramos mejor la riqueza que obtenemos de los países en vías de desarrollo, quizá esos desastres ecológicos no serían necesarios...
Pero como ya se ha dicho, todo eso excede las posibilidades del cine de Hollywood.
La trama:
La película empieza cuando la doctora Rae Crane se adentra en la selva con un carísimo equipamiento electrónico.
Su intención es hacer entrega de ese equipo al doctor Robert Campbell. Éste es un excéntrico investigador que se adentró en la Amazonia años atrás y del que hace mucho que no se sabe nada. Sin embargo, de pronto da noticias, pidiendo a la Fundación que lo financia un cromatógrafo sin dar mayores explicaciones.
Aunque el nombre de Campbell hace mucho que no se oye en los círculos científicos, debido a algún oscuro antiguo logro se le envía un equipo de segunda mano y una ayudante: la doctora Crane.
Pronto sabemos que Campbell ha descubierto un remedio contra el cáncer... y lo ha perdido. Es por esto por lo que necesita mejor material y un ayudante.
A partir de aquí asistimos a una película fácil, con dos personalidades opuestas que deben ayudarse, situaciones más o menos cómicas, alguna situación dramática y una terrible amenaza de fondo (la carretera que amenaza con destruir el entorno de la tribu y, con ello, el remedio contra el cáncer).
Pese a todo...:
Pese a todo, la película no es tan terrible como da a entender el hecho de que el único premio al que fuera nominada sea un Razzie. Aunque de forma simple plantea un tema que es real: la deforestación de la amazonia y la pérdida de biodiversidad.
Se plantea algún dilema ético (sencillo y resuelto de forma fácil, como todo en la película) y hasta se nos presenta un pasado oscuro del doctor Campbell (sin que dote por ello de profundidad a un personaje que queda perfectamente redimido con la misión que lo ocupa).
Se trata, pues, de una película fácil con un planteamiento sencillo, pero que pone encima de la mesa unos problemas reales y serios, aunque no se adentre en ellos.
Como era de esperar, todo lo que podía haber de bueno se hecha a perder en los últimos cinco minutos de la película con un final demasiado empalagoso.
Premios:
Finalista:
- 1996: Premios Razzie a peor actriz (Lorraine Bracco).