Tecnología en Galáctica
Tecnología y armamento suelen ser dos conceptos que van muy unidos, bien sea porque la carrera armamentística nutre de fondos a las investigaciones científicas (como ocurrió durante los años finales de la Segunda Guerra Mundial o durante toda la guerra fría), o bien porque las naciones, habitualmente en continua guerra con sus vecinos, han aplicado inmediatamente a la industria bélica cualquier nuevo logro.
En la serie de televisión Galáctica (2003) este tandem es aún más evidente en la medida en la que la mayoría de los personajes protagonistas son militares y el escenario principal es una nave espacial de guerra, la Galáctica.
En general, en Galáctica podemos observar una sociedad cuya tecnología cotidiana no difiere sustancialmente de la nuestra, no hay elementos disonantes en la ambientación que nos haga pensar que esos artefactos no serían posibles hoy en día. Ropa y mobiliario convencional, típico de un destacamento militar, un uso razonable de la informática, armas ligeras y pertrechos militares muy similares a los actuales...
Pero, simultáneamente, es evidente la presencia de ciertas tecnologías de las que estamos muy lejos de poder disponer, como los motores FTL.
¿Cuánto difiere la tecnología de las Doce Colonias de la nuestra? ¿En qué se parece?
Tabla de contenidos
Física:
Es aquí donde se producen las diferencias más notables. Para empezar, los humanos de las Doce Colnias, así como sus adversarios cylon, poseen dos tecnologías basadas en descubrimientos o desarrollos en física que nosotros no poseemos, no hemos descubierto y quizás sean imposibles. Se trata del viaje a mayor velocidad que la luz (FTL) y de la generación de gravedad artificial.
En cuanto a sus fuentes energéticas, presentan una sorpresa: el tylium, un combustible de gran entalpía que ha sustituido a la energía nuclear incluso como medio de propulsión para las naves. Parece que no es posible encontrar mineral de tilio en los planetas como las Doce Colonias o la Tierra (donde no tenemos nada parecido) y que esta substancia exótica es más propia de asteroides, lo que pretende ser una explicación causal de nuestro desconocimiento, pero no una explicación científica.
En cuanto a tecnologías reconocibles, el dradis es un desarrollo muy importante para la flota resulta ser el dradis. En esencia no parece distinto del radar. El dradis hace un barrido en torno a la nave mediante algún tipo de onda electromagnética, cubriendo un área que bien puede tener decenas de kilómetros de ancho y devolviendo una señal cuando rebota en algún objeto.
Informática y robótica:
En este campo, han alcanzado una meta que a nosotros aún nos queda lejos, pero que no parece inalcanzable: el desarrollo de una auténtica inteligencia artificial.
En un ámbito más doméstico, sin embargo, sus sistemas computacionales no parecen diferir demasiado de los nuestros y, sobre todo, su hardware y sus interfaces entre la máquina y el usuario no han evolucionado en absoluto. No existe realidad virtual o proyecciones retinales, la comunicación con el ordenador sigue siendo a través de las muy convencionales pantallas de visualización de datos.
En cuanto a capacidad de cálculo, resulta difícil estimar si los ordenadores colonial son superiores a nuestros chips de silicio. Lo que sí es cierto es que las habilidades cylon en este campo son notoriamente superiores. En cuanto a las posibles tecnologías que usan, podemos contar con la fibra óptica, pero no se hace mención a chips biológicos u ordenadores cuánticos, por mencionar dos posibles campos de investigación.
En robótica también sus logros van por delante de los nuestros, aunque quizás no mucho. Decenas de años atrás las colonias supieron fabricar en serie robots antropomórficos que en teoría debían servirles como soldados. Sin embargo, se hace notoria una ausencia destacable: no hay prótesis cibernéticas en una nave militar. ¿Se trata de un tabú similar a la jihad butleriana?
En electrónica se puede destacar algunos logros, como la proyección de cielo azul que se utiliza en la nave de placer Nube 9, lo que contribuye a crear la sensación de encontrase al aire libre cuando se pasea por su parque. No obstante, a nivel de usuario es notable la ausencia de electrodomésticos tales como reproductores de vídeo o audio, juguetes robóticos o incluso videoconsolas. De nuevo hay que preguntarse si la sociedad humana es deliberadamente parca en tecnología debido a una especie de aversión surgida tras la rebelión cylon durante la primera y cruenta guerra.
Medicina y genética:
Esta es una de las diferencias fundamentales entre la tecnología colonial y la cylon. Mientras que los humanos no parecen poseer unos conocimientos sobre medicina que sobrepasen los nuestros, los cylon han hecho extraordinarios progresos en clonación e hibridación entre especies. De hecho, se puede considerar que su tecnología es biológica, a pesar de sus orígenes mecánicos, lo que puede tratarse de una especial curiosidad ante la diferencia.
Las naves base cylon están construidas con un cartílago vivo, que crece y se regenera. Los raiders poseen un cerebro animal dentro de su carcasa metálica, los híbridos que manejan las naves son verdaderos ciborgs, en Cáprica existía una granja donde se experimentaba con hembras humanas para obtener híbridos naturales, los modelos cylon humanoides no se diferencian de un humano real durante una prueba genética convencional...
Por contra, la enfermería de Galáctica está llena de escáner, viales, agujas, calmantes químicos, forceps, tijeras, bisturíes y sutura: una auténtica carnicería.
Ni siquiera parecen haber hecho grandes progresos en oncología, ya que la misma Laura Roslin es diagnosticada de cáncer antes de que se desencadenara el ataque cylon, con pronóstico negativo. No existe nanotecnología que ataque el tumor, ninguna máquina maravillosa como la del doctor McCoy de saga de Star Trek. La única esperanza es la agresividad de la quimioterapia.
Armamento:
- Artículo principal: Armamento en Galáctica
Esta curiosa mezcla de realismo actual junto con inventos o descubrimientos puntuales que sugieren un futuro avanzado tecnológicamente se refleja con fuerza en la ingeniería militar que describe la serie.
Junto con el uso de armas convencionales por parte de los soldados coloniales, a quienes podemos ver pertrechados con modelos de ametralladoras y pistolas reales, encontramos de tanto en tanto algún detalle futurista, como el posible uso del railgun en el espacio.
En términos generales, el armamento del bando humano no difiere sustancialmente del utilizado por los ejércitos más modernos actuales; con la obvia salvedad de las naves espaciales, los Raptor y los Viper, que cumplirían funciones muy similares a las de los helicópteros y los cazas de combate.
El arma más temible sigue siendo una bomba atómica, a pesar de que las supuestas propiedades del tilio lo convertirían en un explosivo poderoso y no radiactivo.
El bando cylon, por contra, posee una tecnología de guerra mucho más exótica, que incluye la creación de soldados cibernéticos (los centuriones) e incluso la mezcla de biológico y mecánico (los raiders).
Su capacidad informática también es muy superior, y en varias ocasiones dan muestra de su maestría en la guerra informática con el uso de puertas ocultas, troyanos y virus informáticos.
Galáctica (2003) | |||||
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