Galáctica (2003)

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Battlestar Galactica es una serie de ciencia ficción emitida desde el 2003 y basada en una serie anterior de 1978. La principal línea argumental de ambas coincide bastante y no se aleja significativamente del concepto de Space Opera. Una reducida flota superviviente de un ataque exterior busca el camino a la Tierra, acosados por una raza de robots de obsesiva mentalidad genocida.

La serie de 2003:

En un remoto lugar de la galaxia existe una civilización humana formada por doce colonias en doce planetas, bautizadas con los nombres del zodiaco (Cáprica, Geminon…). Nos encontramos en una época de bonanza una vez superado y casi olvidado el conflicto mantenido con la mencionada raza robótica, los cylon.

Considerados como simples máquinas rebeldes, los cylon son hijos del hombre, inteligencias que han adquirido autoconciencia y que se han alzado en contra del su creador. El resultado fue una lucha a nivel interplanetario y un posterior armisticio. Los cylon se retiraron de la zona de influencia de las doce colonias y no se volvió a saber nada de ellos durante años, hasta la violenta ruptura de la paz que da inicio a la serie.

Ayudados involuntariamente por un arrogante científico humano, Gaius Baltar, los cylon sabotean el sistema informático de defensa de la flota colonial, inutilizando todas sus naves de combate menos una, la Galáctica, inmune al ataque por ser obsoleta. Sin embargo, la nave de combate no puede intervenir en la batalla al carecer de armamento, ya que iba a ser retirada del servicio activo y convertida en museo justo cuando se produce el ataque.

Sin oposición, la flota cylon destruye el resto de estrellas de combate y seguidamente inicia el bombardeo atómico de las doce colonias humanas. Los únicos supervivientes son los pasajeros y la tripulación de las pocas naves en tránsito en el momento del ataque, en total, menos de cincuenta mil humanos.

La Galactica, una vez rearmada, será la única esperanza de protección de los supervivientes, y todos juntos comenzarán la búsqueda de la misteriosa colonia número trece, llamada Tierra.

Conceptos que vertebran la serie:

Supervivencia:

Más allá de este esquema director, en Battlestar Galactica se puede apreciar un esfuerzo serio por indagar en los preceptos morales que poseemos como especie. Con ayuda de los ejemplos ficticios que nos proporciona este hilo argumental, gran parte de los guiones son un ejercicio lúdico al tiempo que inteligente, gracias a su capacidad de provocar empatía.

Por ejemplo -y esto es algo muy sorprendente proviniendo de una serie norteamericana y teniendo en cuenta los tiempos que corren- dedica un hilo argumental completo a la exploración del terrorismo como forma de defensa. Prescinde de todo maniqueismo para mostrar a los humanos dispuestos a sacrificarse como hombres-bomba en atentados contra los cylon que, sin lugar a dudas, causarán también bajas humanas. El paralelismo con la actual situación en Irak es inmediato, y comprobar que estos guiones han superado la censura hace recobrar un poco la confianza en el poder de autocrítica de los norteamericanos.

Algo que quizás ha marcado mucho el estilo de la serie es la fuerte militarización de la sociedad superviviente, un aspecto fundamental que la aleja de su predecesora de 1978. Los acontecimientos que se van exponiendo hacen inevitable que esto sea así. Aún tratando de salvar la democracia, que cumple una función cohesionadora y esperanzadora para la flota, la única manera de mantener el orden y ejercen un control efectivo que garantice el precario funcionamiento de la flota es mediante una especie de ley marcial. Este pensamiento recuerda fuertemente a las opiniones del maestro Heinlein, sobre todo a su novela Brigadas del espacio, pero también a otras obras antifascistas como V de vendetta, que argumentan que, en un momento de caos que amenaza con destruir a la raza humana, puede llegar a ser legítimo la cesión de libertades individuales en favor de una dictadura.

En este sentido, la serie va re-haciendo las mismas preguntas una y otra vez: ¿Sería legítimo para sobrevivir como especie eliminar ciertas libertades individuales, reprimir por la fuerza, dar un golpe de estado, matar, asesinar? ¿Hasta qué punto podemos desmantelar una sociedad de forma que siga mereciendo la pena vivir en ella?

Significado de ser humano:

Inteligentemente, los conceptos de vida digna y supervivencia (supervivencia digna) terminan relacionándose con el significado de ser humano. Este, nuevamente, es un aspecto mejorado en la serie de 2003 con respecto a la de 1978. Si reducimos a la insignificancia el valor de la vida individual por supeditarlo al bien común, ¿en qué nos diferenciamos de las máquinas? Si el individuo se diluye, también lo hacen los sentimientos. Si los conceptos morales se relativizan, entonces pierde fuerza el argumento de la capacidad moral. Si nos centramos en sobrevivir sin que importe nada más, cada vez nos parecemos más a máquinas.

Y como contrapunto final, aparecen los cylon humanizados, otro acierto de la serie. Los cylon dejan de ser meras máquinas de bruñida estructura metálica, aparecen cylon de carne y hueso indistinguibles de los humanos, a semejanza de los replicantes de Blade Runner. Ocasionalmente un enemigo cylon dará lecciones a los humanos acerca de lo que significa ser humano, como Roy Baty hace con Deckar en el final de la película.

Religión:

El punto que quizás se puede considerar más flojo es la mezcla de la religión y la superstición entrelazada en el hilo argumental de la serie. Los cylon creen en un plan divino para eliminar al hombre por sus crímenes, según el cual ellos son los nuevos hijos de Dios. La oposición entre los cylon (monoteistas) y los humanos (que creen en una especie de panteón griego con múltiples dioses como Zeus, Apolo y Atenea) muestra un paralelismo entre el cristianismo y el imperio romano.

Los cylon son ciertamente integristas y esta fuerte presencia de la religión en una raza inteligente abre muchas oportunidades para la reflexión.

Por una parte, se puede intuir que han sido una raza oprimida (al encontrarse primeramente al servicio de los humanos) que se ha rebelado. La primera guerra cylon tiene resonancias con el éxodo judio y sus constantes guerras vecinales relatadas en el Antiguo Testamento.

Por otra parte, al ser un pueblo carente de orígenes, quizás es necesario dotarles de cierto "sentido" teleológico. Nosotros como humanos hemos creado diversas explicaciones para nuestro origen y nuestro cometido, nos hemos autodotado de significado. Una máquina, una inteligencia artificial creada por el hombre no puede negar su origen. La religión cylon tiene semejanzas con el cristianismo en cuanto que les permite abjurar de los dioses de sus esclavistas y colocarse en una posición de superioridad moral al autoproclamarse verdaderos hijos de Dios, un concepto metafísico gracias al cual pueden soslayar la evidencia física.

De ahí la persistente obsesión por aniquilar y sustituir a la raza humana. Y con esta pulsión que se aleja de la racionalidad los cylon demuestran su humanidad. Una triste reflexión que la humanidad se demuestre mediante la pulsión de muerte.

Pero esta vertiente religiosa tiene un contrapunto mucho menos satisfactorio en los múltiples detalles que sacan adelante un argumento basado en un "Gran Plan" que nadie conoce (ni cylon ni humanos) pero al que todos están sometidos con inevitabilidad griega. Por momentos se asemeja a la teoría de la gran conspiración propia de Expediente X. Sin embargo, parece intuirse hacia el final de la tercera temporada que tiene más que ver con la ingeniería religiosa ideada por Frank Herbert en su mundo de Dune.

Habrá que esperar a la cuarta temporada para saber si este misticismo responde a una ausencia de ideas en el guión o a una trama compleja digna del resto de la serie.

Premios:

  • 2005 Premio Hugo a la mejor representación dramática en formato corto por el episodio 33
  • 2005 Premio Saturn a la mejor serie de televisión
  • 2005 Premio Peabody
  • 2005 Top Ten del año de los mejores programas televisivos del American Film Institute
  • 2005 Primera posición en la selección de los mejores del año del Time Magazine
  • 2006 Premios Saturn a la mejor serie de televisión y a los mejroes actores de reparto a James Callis (Dr. Gaius Baltar) y Katee Sackhoff (Kara Thrace)
  • 2006 Premio Peabody
  • 2006 Premio Leo a mejor actriz principal a Tricia Helfer (número 6)
  • 2006 Top Ten del año de los mejores programas televisivos del American Film Institute
  • 2006 Premio Scream al mejor programa de televisión
  • 2006 Premio VES de la Visual Effects Society a la animación de personajes por los centuriones cylon en el episodio Fragged
  • 2007 Premio RedEye al mejor personaje televisivo por Kara Thrace a.k.a. Starbuck
  • 2007 Premio VES de la Visual Effects Society a las maquetas por el episodio Resurrection Ship, parte 2
  • 2007 Premio VES de la Visual Effects Society a los efectos visuales por el apisodio Exodus

Ha recibido otras seis nominaciones a los premios Saturn, cinco a los Emmy, una al Hugo de 2006, tres a los Golden Reel, cuatro a los VES y una más al premio de la WGA (Writers Guild of America).

Galáctica (2003)
Temporada: Episodio Piloto Temporada 1 Temporada 2 Temporada 3 Temporada 4
Series y películas relacionadas: Galáctica: Razor Galáctica: Resistencia Galáctica: The Face of the Enemy
Galáctica: El plan
Personajes: Almirante Cain

William Adama | Laura Roslin | Dr. Gaius Baltar | Número seis | Lee Adama | Kara Thrace | Saul Tigh | Galen Tyrol | Tom Zarek | Felix Gaeta

Otros:

Armamento | Tecnología | Religión | Política

Los cylon | Las Doce Colonias | La Tierra

Cáprica (Serie)