Cuando los mundos chocan (1951)
Cuando los mundos chocan (1951) | |
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Ficha técnica | |
Título original: | When Worlds Collide |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | [[{{{Estreno}}}]] de 1951 |
Duración: | 83 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | Rudolph Maté |
Guión: | Sydney Boehm basado en la novela de Edwin Balmer y Philip Wylie |
Producción: | George Pal y Cecil B. DeMille para Paramount |
Fotografía: | W. Howard Greene y John F. Seitz |
Música: | Leith Stevens |
Reparto: | Richard Derr, Barbara Rush, Peter Hansen, John Hoyt, Larry Keating, Rachel Ames... |
Información suplementaria | |
Otros datos: | Efectos especiales: Tim Baar |
Imdb: | [{{{Imdb}}} Ficha] en Imdb |
Notas: | |
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Rudolph Maté (1951)
Rudolph Maté (1951)
La película:
Cuando los mundos chocan es todo un clásico multitud de veces referenciado y de argumento de sobre conocido: astrónomos descubren que una estrella errante se aproxima a la Tierra, de hecho, impactará contra ella, destruyéndola. Afortunadamente, esta estrella mantiene en órbita un pequeño planeta que posiblemente albergue vida. Quedan ocho meses para la catástrofe, apenas el tiempo necesario para construir una nave espacial que salve a un reducido número de personas transportándolos a este nuevo planeta, llamado Zyra.
La película no es una sucesión de aventuras al estilo de sus imitadoras posteriores (Deep Impact, Armageddon...), sino que narra más bien las dificultades iniciales para convencer a los poderosos de la necesidad de construir la nave para tratar de salvar a la raza humana. Más tarde, cuando el caos comienza a reinar en todo el planeta debido a la proximidad del desastre, el peligro inmediato vendrá representado por la posibilidad de amotinamiento de quienes no sean seleccionados para subir al cohete, constante amenaza que tarde o temprano ha de materializarse.
En un metraje realmente corto, el director se las ingenia para dar un rápido vistazo a las múltiples posibilidades de reacción humana ante lo que va a acontecer: valentía, generosidad, sacrificio y también desagradables dosis de realismo ante la necesidad de tomar medidas de protección ante el miedo, el egoísmo y la violencia desesperada de los que realmente están condenados.
No profundiza en estos factores psicológicos, pero tampoco son mostrados con frivolidad sino únicamente con gran economía en el lenguaje. Realmente, no hay interpretaciones maravillosas en esta cinta, pero si son solventes en su mayoría y, lo que es más importante, convincentes.
Para el 2008 está prevista una nueva adaptación de la novela original de 1931, dirigida por Stephen Sommers, algo que, dado el currículo de este director/guionista, no augura nada bueno.