El astronauta muerto
El astronauta muerto | |
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Autor: | J.G. Ballard |
Otros títulos: | ' |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Dead Astronaut |
Revista o libro: | Playboy |
Editorial: | Playboy |
Fecha | Mayo de 1968 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Aparato de vuelo rasante (Antología) Cuentos completos |
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Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | Ficha en ISFDB |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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J.G. Ballard (1968)
El astronauta muerto es un relato de J.G. Ballard ambientado en un futuro cercano en el que Cabo Cañaveral ha sido abandonado como base de lanzamiento y es ahora una especie de cementerio en el que se hace caer los satélites y cápsulas.
Sinopsis:
Philip y Judith Groves son un matrimonio con problemas. Veinte años atrás, cuando Philip trabajaba para la NASA, conocieron a Robert Hamilton, un astronauta que cautivó a Judith. Hamilton fue lanzado en una misión y falleció, quedando su cuerpo varado en órbita. Ahora Philip ha sido avisado por sus antiguos compañeros de que la cápsula de Hamilton se está desestabilizando y está a punto de hacer su reentrada y caer en las inmediaciones de la antigua zona de lanzamiento.
Philip y Judith acuden allí y contratan los servicios de una banda de saqueadores que se dedican a recuperar reliquias espaciales con la esperanza de recuperar el cuerpo de Robert y cerrar esa etapa que obsesiona a Judith.
El relato:
El relato retoma en esencia el escenario planteado en La jaula de arena (1962), con algunas referencias también a la mitología de la era espacial que ya sugiriera en este relato y otros como Problema de reingreso (1963). Los carroñeros de las reliquias espaciales encarnan esta pasión mórbida que parece desplazar a la religión en algunas esferas de la sociedad.
Ballard prestaría especial atención en su producción a éste y otros iconos de la modernidad: el presidente Kennedy o Marilyn Monroe, los automóviles como metáfora de poder, violencia y virilidad, la bomba atómica, la tecnología y los medios de comunicación.
Sobre este contexto, Ballard inserta la historia de un matrimonio más o menos convencional enfrentado al fantasma de la infidelidad como una amenaza psicológica. Durante la mayor parte del relato el protagonista apenas concede importancia a la posibilidad física de esa infidelidad y está mucho más preocupado por la infidelidad emocional y cómo esta no puede ser combatida racionalmente.