Mr. Robot
Mr. Robot | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Mr. Robot |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | 27 de mayo de 2015 |
Duración: | Episodios de 45 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | Sam Esmail (creador) |
Guión: | Varios |
Producción: | Varios |
Fotografía: | Varios |
Música: | Mac Quayle |
Reparto: | Rami Malek, Carly Chaikin, Portia Doubleday, Martin Wallström, Christian Slater, Sunita Mani, Michel Gill |
Información suplementaria | |
Otros datos: | |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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Sam Esmail (creador) (2015)
Mr. Robot es una serie de televisión que narra la historia de Elliot Anderson, un joven programador de una empresa de seguridad informática que se ve envuelto en una trama de conspiración para acabar con un gran conglomerado de empresas: Evil Corp-
Tabla de contenidos
Las premisas:
Elliot anderson es un brillante empleado de Allsafe, una empresa de seguridad informática. Sufre problemas de ansiedad en situaciones sociales, motivo por el que acude semanalmente a una psicóloga, si bien miente en las consultas y evita tomar la medicación que le es prescrita. Esto, unido a su consumo de morfina, hace que la estabilidad mental de Elliot sea cuestionable.
Por otra parte, Elliot dedica las noches a investigar en Internet buscando delincuentes a los que desenmascara entregándolos a la policía al tiempo que espía a aquellos que aprecia con el fin de protegerlos de posibles peligros sin que ellos lo sepan.
La trama comienza cuando Evil Corp, un poderoso conglomerado de empresas cliente de Allsafe sufre un serio ataque informático que Elliot consigue bloquear. Sin embargo, durante la revisión de los servidores de Evil Corp, encuentra un extraño mensaje dirigido a él. Así toma conocimiento de la existencia de Fsociety, un grupo de hackers que intentan reiniciar la ``sociedades en la ciencia ficción|sociedad]] eliminando los registros de deudas de Evil Corp.
La serie:
La serie bebe de múltiples fuentes y, en algunos casos, la inspiración es indisimulada; por ejemplo, la idea de reiniciar la sociedad eliminando la deuda (así como varias otras) está claramente inspirada en El club de la lucha (David Fincher, 1999), y la idea de los ciber-terroristas comunicándose enmascarados en vídeos de YouTube se inspira en la red Anonymous que, a su vez, se inspiraron en la película V de vendetta (James McTeigue, 2006).
Además de estas ideas, la serie se basa y apoya en otra serie de tópicos y estereotipos que, si bien en obras ligeras ayudan a conocer a los protagonistas y entrar rápidamente en la acción, en una obra que pretende ser más compleja restan profundidad e interés a los personajes. Así, Elliot es el estereotipo del hacker brillante y antisocial que, sin embargo, es capaz de abrir todo sistema de seguridad que se le ponga por delante.
Si bien la serie trata de evitar las explicaciones casi mágicas de otros productos, muestra el empleo de herramientas de Linux reales y dificultades que sólo pueden ser resueltas atacando el elemento humano (generalmente claves poco seguras basadas en el nombre de una mascota), al final las situaciones se resuelven siempre gracias a que el ingenio de Elliot logra encontrar una debilidad en el sistema y la forma de explotarla. De esta fomra se pierde emoción e interés pues, sea cual sea la situación, siempre se puede contar con que Elliot encuentra una solución a modo de Deus ex-machina.
Además de lo anterior, el ritmo de la serie es tremendamente irregular. El primer capítulo es de notable calidad, sabiendo presentar hábilmente a los personajes y la trama. Sin embargo, este nivel sólo se mantiene durante unos pocos episodios y pronto los capítulos siguientes no saben estar a la altura: la trama decae y la complejidad del personaje principal se pierde, abandonando por completo la lucha de Elliot por intentar superar sus sentimientos de soledad dejando de lado su relación con su psicóloga y centrándose en sus rasgos más llamativos pero sin profundidad alguna. Y, sin embargo, cuando parece que se trata de una serie fallida más, la trama reflota volviendo al nivel del comienzo.
Estos altibajos dan la sensación de que no hay un guión claro al que la serie se ciña, que, a pesar de tener unas líneas generales, hay también mucho de improvisación. Esto parece verse también en la dirección y los personajes. En aquellos episodios en los que el guión flojea lo hace también el ritmo y hasta la dirección de fotografía: los planos pierden profundidad y parecen incluso rodados sobre un croma, sin que los actores interactúen con los elementos del decorado o sin planos generales que muestren profundidad. Los personajes mismos, sin ser planos, carecen de matices o de evolución y sus motivaciones, cuando las hay, parecen poco plausibles.
Todo lo anterior, de nuevo, parece corregirse y mejorar en episodios siguientes, cuando la calidad y credibilidad de la serie ya se ha visto mermada... tan sólo para volver a recaer. Se trata, pues, de un serie que toma una buena idea, que tiene intenciones de desarrollarla de forma seria, pero que tropieza demasiado y demasiado pronto.
¿Ciencia ficción?
La serie está ambientada en lo que en la fecha de su emisión es el presente, con ordenadores, software, teléfonos móviles y, en general, tecnología y herramientas informáticas existentes en ese momento. La serie no imagina nada nuevo, ¿es, pues, una serie de ciencia ficción?
Como en otras ocasiones (p.e., enemigo público -Tony Scott, 1998- o, más próximo incluso, El himno nacional, primer episodio de la serie británica Black Mirror -2011-) el carácter de ciencia ficción no viene dado por los elementos que componen el escenario (y que pueden no ser más que atrezzo), sino por el carácter del guión, en última instancia, por el nóvum que plantea la serie.
La serie especula acerca las posibilidades que la tecnología (en concreto, de la informática) ofrece a unos activistas concienciados y cualificados para subvertir el orden establecido. La trama no se centraen la injusticia de la situación en que unos pocos individuos poderosos tienen el control de la economía global, ni en la crítica social de esta situación, ni en el drama de los desfavorecidos, sino que plantea la idea de que la tecnología pueden servir para que los ciudadanos se enfrentes a ellos. Así pues, Mr. Robot sí es un producto de ciencia ficción, pues la temática que aborda (las posibilidades que ofrece una determinada tecnología) y la forma de hacerlo (especulación racional) son las propias del género.
Premios:
- 2015: Festival SXSW, premio de la audiencia a Sam Esmail