Luna: Luna nueva

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Luna: Luna nueva
Autor: Ian McDonald
Otros títulos:  
Datos de primera publicación(1):
Título original: Luna: New Moon
Revista o libro: Libro independiente
Editorial: Gollancz
Fecha Septiembre de 2015
Publicación en español:
Publicaciones(2): Libro independiente
Otros datos:
Saga: Trilogía de la Luna
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Ian McDonald (2015)

Luna nueva es el primer libro de la trilogía de la Luna de Ian McDonald.

Las premisas:

La premisa principal de la saga es que en la Luna no hay leyes, no hay crímenes ni delitos, no es ilegal matar a nadie... lo único que hay son contratos y tribunales que los dirimen, y todo en la Luna es negociable.

En este contexto, la trama comienza cuando un miembro de la familia Corta sufre un atentado fallido. Esto dará lugar a una investigación por parte de miembros de la familia, pero también despertará antiguos rencores y luchas de poder latentes.

La novela:

La primera impresión que un lector habitual de ciencia ficción tiene al leer la novela es de estar leyendo demasiado Heinlein. No tanto por las premisas libertarias (que es lo más obvio), sino por el tratamiento de los personajes. Si algo caracteriza a los personajes de Heinlein es su condición de ser sanos, audaces, inteligentes... y tener siempre razón. El autor conseguía así que sus lectores juveniles empatizaran con unos personajes casi superhumanos para vender a través de ellos sus ideas libertarias y de abolición de los estados; estos personajes están también presentes en el libro de McDonald. Hay atisbos de darles profundidad, evolución... pero siempre dentro de un marco de personajes sobresimplificados sin traumas, dudas ni inseguridades. Esto hace que la novela sea, como las de Heinlein, más fácilmente accesible a un público juvenil que a un lector adulto, a quien le será difícil empatizar con personajes que son, básicamente, la idealización que de sí mismo tiene todo adolescente.

Los personajes no son el único elemento de cartón piedra que se le nota a la novela; otro aspecto claro es el tratamiento del sexo. La Luna está totalmente liberada sexualmente. La misma idea de ser heterosexual u homosexual es irrelevante en un mundo en el que nadie está atado a nada y existen incluso contratos de matrimonio grupales que establecen los grados de infidelidad aceptables para sus miembros. De nuevo, esto es una idea calcada de La Luna es una cruel amante y que, junto con las escenas explícitas, hacen la novela atractiva y fácil de leer a un adolescente.

No es que los adultos no puedan disfrutar de la novela; al contrario. El rimo es bueno, la acción abundante, algunas escenas son trepidantes y, en general, la construcción del escenario es interesante y despierta curiosidad, lo que la hace fácil y amena de leer, si bien hay que reconocer que la habilidad de McDonald para el folletín es muy inferior a la de Martin (o Dumas).

En todo caso, la idea de plantear un escenario que carece de leyes penales y se rige exclusivamente por contratos civiles es interesante (por mucho que sea una idea de Heinlein, no de McDonald), por lo que la novela es un buen ejercicio especulativo, si bien se sobresimplifican las posibilidades para hacerla fácil de leer.