Diferencia entre revisiones de «Un minuto antes de la oscuridad»

Última revisión de 18:19 20 oct 2021

Ismael Martínez Biurrun (2014)

Las premisas:

Ciro es profesor de historia antigua en una universidad de Madrid en un mundo que se desploma. Las causas de este apocalipsis lento no se especifican, pero la población de Madrid ha quedado diezmada, la gente huye de las ciudades buscando la protección en el campo, bandas de asaltantes recorren los barrios exteriores a la M30 con total impunidad y las instituciones apenas son capaces de mantener un mínimo simulacro de orden. La M30 es una forma de frontera; más allá la policía no acude a proteger a los habitantes de los asaltos y ni tan siquiera se recoge la basura.

Ciro vive en una urbanización fuera del anillo protegido con su mujer, Sole, y el hijo de ambos, Pau, de apenas dos años de edad. Hace meses que Ciro no cobra, pero la universidad le permite llevarse comida a cambio de que ayude en las cocinas. Su mujer se queda en casa, cuidando de su hijo y soportando la soledad y la frustración a base de drogas. Hace tiempo que Ciro y Sole apenas se hablan y su matrimonio se mantiene por pura rutina.

Todo cambia cuando el rector comenta a Ciro que sabe quién es el asesino que, meses atrás, decapitó a uno de los estudiantes pero, lejos de denunciarlo (el rector no dice quién es, pero afirma que está por encima del alcance de las autoridades) decide ser su tutor. Días después Ciro encuentra la cabeza del rector en su despacho y decide investigar su asesinato.

La novela:

El ritmo y el estilo de la novela son extraños y, sin embargo, muy satisfactorios.

La narración sigue a los distintos personajes cambiando el punto de vista de uno a otro de forma fluida, con frecuencia con tan sólo un salto de párrafo. En ocasiones el salto conlleva también un cambio de narrador, pasando de la tercera a la segunda persona. El ritmo es pausado. Hay algunas escenas de violencia pero, en general, la acción discurre lentamente, dando tiempo a Ciro, el protagonista, a reflexionar acerca de sus opciones y decisiones.

El personaje de Ciro es interesante y está bien dibujado, con gestos e intenciones que a menudo chocan entre sí. Entre éstas, la más firme es su deseo de aferrarse a unas estructuras sociales que se caen; no por obstinación, sino porque cree firmemente en la importancia de la ley y las instituciones para sostener la sociedad. Así, decide quedarse en la urbanización y pagar sus impuestos para poder seguir presionando al Ayuntamiento para que les proporciones servicios básicos (a pesar de que, obviamente, han sido abandonados) porque la alternativa es reconocer que no forman parte de institución social alguna y, en ese caso, sólo imperaría la barbarie. Sin embargo, este gesto mantiene a su familia en un lugar peligroso, expuesto a asaltantes. No es la única vez que sus intereses se ven enfrentados: la universidad no le paga y a sus clases apenas acuden alumnos (y cada vez menos), pero siente que debe seguir acudiendo a su trabajo como parte del engranaje de la sociedad; es obvio que la policía no va a investigar el asesinato del rector, por lo que dejarlo en sus manos es dejar impune a un asesino, pero investigar el caso por su cuenta supone reconocer que ni siquiera una institución tan básica como las fuerzas de seguridad funciona...

El uso del lenguaje es también muy interesante, con metáforas y comparaciones extrañas y sorprendentes que, sin embargo, resultan muy adecuadas y consiguen transmitir más información que la que simplemente contienen las palabras.

En resumen, se trata de una novela muy interesante que, a partir de un escenario típico (un colapso de motivos indeterminados) consigue dibujar una historia y unos personajes interesantes y narrarlo con un ritmo y estilo sorprendentes. Muy recomendable.

Premios:

Finalista:

• 2015: Premio Ignotus a mejor novela