Diferencia entre revisiones de «El pastor de naves»
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El lenguaje y prosa empleados por Felicidad Martínez son sencillos, y la narración queda dominada a partes iguales por el diálogo en estilo directo y las reflexiones del protagonista, que cuenta la historia en primera persona. Esto proporciona gran dinamismo a la narración sin descuidar, sin embargo, una necesaria profundización en los personajes sin llegar a ser una obra de corte psicológico. Este equilibrio, que se presenta de manera natural, sin parecer forzado, es la principal marca del relato, que se hace ameno de leer. | El lenguaje y prosa empleados por Felicidad Martínez son sencillos, y la narración queda dominada a partes iguales por el diálogo en estilo directo y las reflexiones del protagonista, que cuenta la historia en primera persona. Esto proporciona gran dinamismo a la narración sin descuidar, sin embargo, una necesaria profundización en los personajes sin llegar a ser una obra de corte psicológico. Este equilibrio, que se presenta de manera natural, sin parecer forzado, es la principal marca del relato, que se hace ameno de leer. | ||
− | Por otra parte, la temática del mismo, parece emparentarlo con otras obras de iniciación a la madurez, como [[El juego de Ender]], por ejemplo, u otras muchas protagonizadas por jóvenes torturados y dotados de gran inteligencia y determinación. Sin embargo, la autora no se deja constreñir enteramente por este esquema, y sabe introducir en la narración pequeños detalles que pasan casi desapercibidos pero que construyen, subterráneamente, una [[ciencia ficción prospectiva|especulación y reflexión]] que se plantea abiertamente en su final, como un broche perfecto para el relato. | + | Por otra parte, la temática del mismo, parece emparentarlo con otras obras de iniciación a la madurez, como ''[[El juego de Ender (Relato)|El juego de Ender]]'' ([[Orson Scott Card]], 1977), por ejemplo, u otras muchas protagonizadas por jóvenes torturados y dotados de gran inteligencia y determinación. Sin embargo, la autora no se deja constreñir enteramente por este esquema, y sabe introducir en la narración pequeños detalles que pasan casi desapercibidos pero que construyen, subterráneamente, una [[ciencia ficción prospectiva|especulación y reflexión]] que se plantea abiertamente en su final, como un broche perfecto para el relato. |
En definitiva, un relato muy equilibrado, sencillo en su factura pero rico en su lectura. | En definitiva, un relato muy equilibrado, sencillo en su factura pero rico en su lectura. |
Revisión de 23:29 25 oct 2015
El pastor de naves | |
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Autor: | Felicidad Martínez |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | El pastor de naves |
Revista o libro: | Empaquetados |
Editorial: | Sportula |
Fecha | de 2014 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Empaquetados |
Otros datos: | |
Saga: | Universo de Crow |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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Felicidad Martínez (2014)
La trama:
En una colonia humana, un niño de nueve años es arrancado del seno familiar y enviado para ser entrenado como remplazo del tripulante de la nave espacial en órbita que protege y dirige la colonia.
El trato que recibe es inhumano, pero a medida que avanza en su aprendizaje irá comprendiendo aspectos de la vida y organización de la colonia que cambiarán su visión del mundo.
El relato:
El lenguaje y prosa empleados por Felicidad Martínez son sencillos, y la narración queda dominada a partes iguales por el diálogo en estilo directo y las reflexiones del protagonista, que cuenta la historia en primera persona. Esto proporciona gran dinamismo a la narración sin descuidar, sin embargo, una necesaria profundización en los personajes sin llegar a ser una obra de corte psicológico. Este equilibrio, que se presenta de manera natural, sin parecer forzado, es la principal marca del relato, que se hace ameno de leer.
Por otra parte, la temática del mismo, parece emparentarlo con otras obras de iniciación a la madurez, como El juego de Ender (Orson Scott Card, 1977), por ejemplo, u otras muchas protagonizadas por jóvenes torturados y dotados de gran inteligencia y determinación. Sin embargo, la autora no se deja constreñir enteramente por este esquema, y sabe introducir en la narración pequeños detalles que pasan casi desapercibidos pero que construyen, subterráneamente, una especulación y reflexión que se plantea abiertamente en su final, como un broche perfecto para el relato.
En definitiva, un relato muy equilibrado, sencillo en su factura pero rico en su lectura.