Autoconciencia

La autoconciencia es la capacidad de un sistema para tener conocimiento y comprensión de sí mismo. Implica la habilidad de reconocerse como un individuo, diferenciándose de su medio y de otros individuos.

Esto podría implicar la necesidad de percibir el mundo exterior como algo diferente de uno mismo, así como de experimentarlo. Es decir, no sólo percibir el color (por ejemplo) desligado de otras percepciones, sino de integrarlo en una experiencia que implica cierto reconocimiento; por ejemplo, ver un pájaro amarillo.

Suele considerarse, en psicología, que esto implica igualmente la capacidad de reconocer las propias emociones, sentimientos, pensamientos y comportamientos, así como la relación entre ellos, lo que contribuye al autocontrol

En el contexto de la inteligencia artificial, la autoconciencia implica que un sistema sea consciente de su propia existencia, sus capacidades y sus limitaciones. En un enfoque clásico, se considera que las máquinas autoconscientes podrían pensar por sí mismas y tomar decisiones sin la ayuda de un humano. Sin embargo, un estudio más profundo de la cuestión muestra que esta relación es más compleja debido a la posibilidad de que existan diferentes niveles de autoconciencia por una parte. Por otra parte, el experimento mental de la habitación china muestra que existe una dificultad para reconocer conceptos como inteligencia o autoconciencia en sistemas no humanos suficientemente desarrollados.

Una hipótesis postula la relación entre la autoconciencia y la teoría de la mente, la capacidad de reconocer, comprender y atribuir estados mentales a otros seres. La teoría de la mente es, en cierto sentido, la capacidad de reconocer la conciencia y podría ser un requisito previo para reconocer la conciencia en uno mismo.

Conciencia en animales:

Debido a que los animales carecen de lenguaje humano, durante mucho tiempo se llego a considerar que no tenían ningún tipo de conciencia. Esto en realidad refleja más bien la limitación humana para reconocer otras mentes. Afortunadamente, el desarrollo de ciertas herramientas psicológicas ha permitido profundizar más en este campo.

Es bastante popular la llamada prueba del espejo, que se ha venido utilizando para tratar de deslindar si ciertos animales podrían tener algún grado de autoconciencia.

En esta prueba, se coloca al animal frente a un espejo y se observan sus reacciones:

Si el animal trata de interactuar con su propia imagen, esto implicaría un primer nivel de conciencia. Es la denominada respuesta social.

En un segundo nivel, el animal realizaría una inspección, identificando rasgos. Si el animal inicia una serie de movimientos repetitivos, al uso de muecas, estaríamos en un nivel más avanzado de reconocimiento.

En el nivel superior, el animal utilizaría el espejo como herramienta para observar en si mismo partes ocultas, como la espalda.

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