Venus sonríe

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Venus sonríe
Autor: J.G. Ballard
Otros títulos: Mobile
Datos de primera publicación(1):
Título original: Venus Smiles
Revista o libro: Science Fantasy
Editorial: Nova Publications Ltd.
Fecha Junio de 1957
Publicación en español:
Publicaciones(2): Vermilion Sands
Cuentos completos
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación Ficha
ISFDB Ficha
Otras fuentes  
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

J.G. Ballard (1957)

Venus sonríe es el segundo de los relatos que Ballard publicara ambientados en la ciudad ficticia de Vermilion Sands, una especie de ciudad vacacional en la que sus habitantes se dedican a pasar el tiempo ociosamente, durante una época denominada el Receso, una especie de largo verano que dura una década.

La historia original se publicó con el título de Mobile y no incluía ninguna referencia a Vermilion Sands, si bien Ballard la revisó profundamente y le cambió el título a Venus Smiles, un título en gran medida mucho más críptico que el original, pero mucho más evocador.

Sinopsis:

La historia comienza in medias res tras la inauguración de una estatua cantante en una de las plazas de Vermilion Sands. La inauguración ha sido un fiasco: la estatua disgusta al público y emite unos lamentos estridentes. Hamilton, el presidente del Comité de Bellas Artes que ha encargado el trabajo, decide retirar la obra y, a instancias de la artista -Lorraine Drexel- la traslada al jardín de su casa, donde parece encajar muy bien y empieza a emitir unos cánticos basados en piezas muy conocidas de música clásica.

Sin embargo, una tarde, Hamilton y su secretaria descubren que la escultura está cambiando de forma y creciendo. Al principio, de manera casi imperceptible, pero luego cada vez más rápido, hasta que llega a ocupar todo el jardín de Hamilton. Inicialmente, Hamilton deja que la obra se desarrolle, pero finalmente decide desmantelarla asustado por su desmesurado crecimiento.

Sin embargo, la cosa no queda ahí y Lorraine Drexel demanda a la Comisión de Bellas Artes por destruir deliberadamente una obra suya.

El relato:

Venus sonríe tiene muchos puntos en común con Prima Belladonna (1956), el relato inaugural de la saga de Vermilion Sands (1956-1971), y como aquel, va configurando rápidamente los intereses de un todavía jovencísimo Ballard, y su particular visión de la ciencia ficción como un presente inminente más que como un futuro posible.

Como en toda la serie de Vermilion, el arte y la tecnología se dan la mano e invaden la vida pública y cotidiana. En este caso, una tecnología no especificada y exótica que hace que una escultura de metal adquiera características de plantas y animales, que cante, crezca, evolucione, casi que muestre diferentes estados de ánimo, quizás -incluso- que se reproduzca.

La visión de los personajes de este acontecimiento, por otra parte, dista de ser altisonante. Hamilton, aun siendo consciente de las posibilidades, parece más preocupado por las consecuencias judiciales, y el propio juez no da mucho crédito a la posibilidad de una estatua cambiando de forma.

Volvemos a observar también este característico desapego de Ballard por sus personajes: aunque les dota de contexto, el interés de la historia no se centra en ellos, en sus destinos o en su evolución, sino en el estudio del escenario, aspecto que siempre parece ser el verdadero interés de este escritor y en el que es un verdadero maestro.