Prometheus (Película)

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Nota: Este artículo se refiere la película de Ridley Scott. Para otros usos ver Prometheus.

Prometheus (Película)
Ficha técnica
Título original: Prometheus
Nacionalidad: EE.UU.
Estreno 1: 30 de mayo de 2012
Duración: 123 min.
Ficha artística
Dirección: Ridley Scott
Guión: Damon Lindelof, John Spaihts
Producción: Productora: 20th Century Fox, Scott Free Productions, Dune Entertainment
Fotografía: Dariusz Wolski
Música: Marc Streitenfeld
Reparto: Noomi Rapace, Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba, Guy Pearce, Logan Marshall-Green, Sean Harris, Rafe Spall, Emun Elliott, Benedict Wong, Kate Dickie, Patrick Wilson, Lucy Hutchinson, Giannina Facio
Información suplementaria
Otros datos: Precuela de Alien, el octavo pasajero
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Ridley Scott (2012)

Prometheus es el regreso de Ridley Scott a la saga que dio inicio en Alien, el octavo pasajero (1979). Esta película pretende explorar el origen de la terrorífica criatura de su primera película. Sin embargo, el resultado es descorazonador, en el mejor de los casos.

Las premisas:

Tras unas escenas iniciales en las que se nos muestra una inquietante escena en un planeta de una naturaleza aún virgen, la película traslada la acción a unas excavaciones arqueológicas en Escocia en el año 2089, en las que se descubren unas extrañas y significativas pinturas ruprestres. Tras un segundo salto la película pasa a lo que será el cuerpo de la acción: una nave espacial en la que un eficiente androide supervisa el vuelo mientras el resto de la tripulación hiberna.

Cuando la tripulación despierta es reunida y, tras una breve presentación por parte del holograma del promotor del viaje, se da paso a los doctores Shaw y Holloway, que presentan una serie de imágenes de hallazgos arquológicos en los que se muestra un mismo motivo: unos seres gigantescos señalando un determinado grupo de estrellas, siempre el mismo, a pesar de que las imágenes estén separadas miles de años y en continentes distintos. A partir de dichas imágenes los doctores han hallado un sistema planetario que coincide con ellas y al que se dirigen esperando encontrar los orígenes de la raza humana.

Cuando la nave llega al planeta de destino encuentra una serie de marcas en el suelo y un extraño domo que resulta estar hueco y en el que encuentran galerías, salas y restos de una especie extraterrestre.

Tras estos increíbles hallazgos comienzan la investigación, pero pronto comienzan a suceder una serie de hechos extraños y peligrosos que pondrán en peligro la misión e, incluso, a la misma Tierra.

La película:

La película es un completo desvarío, con una trama llena de sinsentidos, situaciones absurdas y personajes mal definidos y de comportamiento poco creíble.

La hipótesis de partida podría haber sido (y, de hecho, es) interesante: el ser humano ha sido creado por una especie extraterrestre, un "Creador" que ha dejado evidencias de su existencia y localización en una serie de documentos históricos a lo largo de la historia y geografía terrestres. (una hipótesis que recuerda a la serie Venus Prime -1987-, de Paul Press)

Sin embargo, a pesar de que Scott podría haber creado una historia interesante, especulativa y cerrado el principio de la saga, el guión desvaría, los personajes se desbarran con comportamientos absurdos y la película acaba dejando cabos sueltos sin más aparente intención que la de dar pie a otras películas con las que seguir sacando rentabilidad de la franquicia Alien.

Ver desarrollar un guión tan malo es todavía más irritante sabiendo que, incluso si el guionista hubiera sido incapaz de elaborar una historia a la altura de lo que se esperaba de ella, hubiera bastado que repitiera el esquema clásico de los exploradores aislados que se enfrentan a un peligro desconocido (más que asentado en el cine desde El enigma de otro mundo -1951-) para obtener un guión aceptable.

Recordemos que este mismo esquema y una dirección hábil, con un ritmo cada vez más intenso y un trabajo de actores cada vez más exigente, es lo que el mismo Scott utilizó en Alien, tres décadas antes, con mucho más acierto. No le es, pues, desconocido. Esto y un final más ajustado al comienzo de la saga hubiera sido suficiente para, al menos, desarrollar una película entretenida.

Como aspecto positivo sólo se pueden mencionar los efectos especiales, lo que no es mérito alguno en una película de 2012 y con un presupuesto multimillonario.

Se trata, en definitiva, y sin duda alguna, de una mala película.

Lo peor, el guión:

Aparte del endeble guión que obliga a cuestionar la calidad artística de la película, la obra tampoco es acreedora de ningún mérito por su rigor científico. Algo que el espectador debe asumir casi desde el mismo inicio, cuando a la incrédula pregunta del biólogo de la expedición acerca de si tienen verdaderas pruebas antes de arrojar 300 años de darwinismo por la borda, la doctora Shaw responde que cree en ello porque ha decido creer en ello. Una actitud creacionista que es parte importante del guión, lo que da a la obra un tufillo proselitista.

Pero, más allá de esto, hay que reconocer que la hipótesis de los dioses extraterrestres tiene una historia bien arraigada en la ciencia ficción en obras como Venus Prime (Paul Press, 1987) o la exitosa Stargate. Sin embargo, Prometheus fracasa donde las otras tienen éxito por no respetar las reglas básicas del género: plausibilidad y coherencia.

Desestimar “300 años de darwinismo” con la frase utilizada es un insulto al espectador cultivado, pero en lo meramente artístico es también un desprecio al necesario contrato de ficción. Es un desprecio tratar de hacer coexistir la premisa de una cara expedición científica con premisas manifiestamente acientíficas que el espectador debe asumir por imposición, sin agua ni azúcar.

Pero incluso superando este primer obstáculo para establecer el pacto de ficción, el guión se empeña en atacarlo continuamente, siempre en el mismo sentido.

Y es que en esa pretendida expedición científica, ningún científico se comporta de manera científica. No existen protocolos, no hay método ni paciencia, no hay orden ni estructura en el grupo (algo que también ataca la plausibilidad de los personajes empresariales). Todos ellos se asemejan en su comportamiento más a aventureros mercenarios… del siglo XVI. Y esto ataca la plausibilidad de la obra tanto como si (en el extremo opuesto) nos presentaran a un grupo de adolescentes hormonados rechazando sexo de una supermodelo en una isla paradisiaca.

De todo ello, el principal culpable, sin lugar a dudas, es el guionista; pero no hay que olvidar que el director siempre tiene la última palabra.

Premios:

La película fue también un auténtico fracaso en cuanto a premios y ni siquiera consiguió nominaciones importantes de los jurados más significativos. El siguiente es un extracto de lo más suculento de su palmarés.

Obtenidos:

  • 2012: Premios Sierra a mejor dirección artística

Finalista:

  • 2013: Oscar a mejores efectos visuales
  • 2013: Premios Saturn a mejor película de ciencia ficción y mejor actor de reparto (a Michael Fassbender)
  • 2013: BAFTA a mejores efectos visuales
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