Diferencia entre revisiones de «Poderes psíquicos»

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El origen de la creencia en los poderes psíquicos como algo plausible proviene de los dudosos [[experimentos de J.B. Rhine]], en la universidad de Duke en Carolina del Norte (EE.UU.), en los que se investigaron fenómenos de percepción extrasensorial.
 
El origen de la creencia en los poderes psíquicos como algo plausible proviene de los dudosos [[experimentos de J.B. Rhine]], en la universidad de Duke en Carolina del Norte (EE.UU.), en los que se investigaron fenómenos de percepción extrasensorial.
  
Sin embargo, y pese a que los resultados de Rhine hacían aventurar la existencia de un presunto poder de la mente, estos experimentos fueron posteriormente rechazados por la comunidad científica, al no poder reproducir ls resultados e, incluso, al revelarse que había habido sesgos en las muestras e incluso manipulaciones en los resultados.
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Sin embargo, y pese a que los resultados de Rhine hacían aventurar la existencia de un presunto poder de la mente, estos experimentos fueron posteriormente rechazados por la comunidad científica, al no poder reproducir sus resultados y al revelarse que había habido sesgos en las muestras e incluso manipulaciones en los resultados.
  
 
== Los poderes psíquicos en la ciencia ficción: ==
 
== Los poderes psíquicos en la ciencia ficción: ==

Revisión de 21:50 11 feb 2009

Los poderes psíquicos serían la capacidad de percibir fenómenos, de manipular la mente de otras personas o, incluso, de alterar la realidad física, todo ello con el poder de la mente.

Origen de la creencia en los poderes psíquicos:

El origen de la creencia en los poderes psíquicos como algo plausible proviene de los dudosos experimentos de J.B. Rhine, en la universidad de Duke en Carolina del Norte (EE.UU.), en los que se investigaron fenómenos de percepción extrasensorial.

Sin embargo, y pese a que los resultados de Rhine hacían aventurar la existencia de un presunto poder de la mente, estos experimentos fueron posteriormente rechazados por la comunidad científica, al no poder reproducir sus resultados y al revelarse que había habido sesgos en las muestras e incluso manipulaciones en los resultados.

Los poderes psíquicos en la ciencia ficción:

Si consideramos la ciencia ficción dura como el patrón de lo que debería ser la ciencia ficción, está claro que los poderes psíquicos no tendrían hoy en día cabida en ella. Sin embargo, muchos relatos de ciencia ficción de los años '40 y '50, cuando los experimentos de Rhine eran aún recientes, estaban plagados de seres con estos poderes.

El descreimiento posterior de estos experimentos y la necesidad de una cierta plausibilidad dentro de los relatos de ciencia ficción, han desplazado a los relatos de poderes psíquicos hacia los géneros de terror o fantasía ya que, salvo en caso de la telepatía, los autores rara vez han encontrado un mecanismo que justifique claramente los poderes que articulan sus historias.

Tampoco es extraño encontrar que obras de fantasía o ciencia ficción que, valiéndose de la asunción por parte del protagonista de poderes psíquicos, defiendan la diferencia y huyan de la homogeneización a la que tiende frecuentemente la sociedad actual.

Existen numerosas obras que tratan el tema de la difícil elección entre la adaptación social o la defensa de los caracteres que quizás nos marginan pero que constituyen parte sustancial de nuestra personalidad, como sería el caso de estos telépatas y psíquicos. Pero también existen obras mucho más realistas, en el sentido de posibles, sin necesidad de recurrir a estas fantasías. Por ejemplo en La velocidad de la oscuridad de Elizabeth Moon, donde el debate se centra en la cura de una enfermedad indisolublemente unida a la visión del mundo del sujeto como es el síndrome de asperger.

Practicamente todos los fenómenos paranormales han tenido cabida en algún punto de la historia de la ciencia ficción, con un mayor o menor respaldo teórico según el autor se sintiera más o menos inclinado a justificarse.

Poderes puramente mentales:

Entre los poderes puramente mentales (aquellos que se limitan a un nivel puramente psíquico, como la percepción extrasensorial o la manipulación de la voluntad) el más habitual es el de la telepatía. Los telépatas son relativamente frecuentes en la ciencia ficción, apareciendo en obras como El hombre demolido, Desafío total, Muero por dentro...

Sin embargo, no es tan frecuente ver obras en los que aparezcan otras formas de poderes psíquicos y que sean dignas de ser considerados ciencia ficción. Pese a ello, tenemos excepciones como la saga de Dune, donde la precognosciencia juega un papel fundamental.

En Minority Report, de Philip K. Dick, se especula también acerca de las implicaciones de unos seres precognoscientes. Sin embargo, la precosciencia no es más que la excusa del relato, más afín en realidad a la paradoja de la información que se deriva de los viajes temporales.

Poderes que alteran físicamente la realidad:

A parte de las mencionadas telepatía y precosciencia (uno de los pilares de ), podemos encontrar telekinesis y teleportación en numerosas obras. No obstante, estas capacidades meramente físicas no han desatado tanto la imaginación de los escritores especulativos como las anteriores. La telepatía y el conocimiento anticipado del futuro ofrecen posibilidades éticas y morales, cuando no paradojas, mucho más suculentas intelectualmente.

Las habilidades físicas, por muy extraordinarias que sean, es campo para las historias pulp y la Space Opera, terrreno más propicio para la fantasía y los cómics adolescentes. Mención especial merece Akira, que si bien no escapa de manera general al esquema de una historia de aventuras, la gran imaginación y sentido estético de Katsuhiro Otomo consiguió convertir una obra de temática habitual de adolescentes con poderes en una epopeya que conjuga casi todos los temas habituales del ciberpunk.

Parapsicología, esoterismo y espiritismo:

Aunque su frontera es muy difusa, los poderes mentales o psíquicos no deben confundirse con los poderes paranormales o el esoterismo.

Los fenómenos paranormales son, por definición, científicamente inexplicables. Así pues, por aplicación al contexto que nos ocupa, cuando el poder extraordinario que describe un autor no viene acompañado de alguna explicación o argumentación científica, estaríamos hablando de parapsicología.

En principio, el esoterismo tampoco sería una cualidad de la ciencia ficción, ya que esotérico quiere decir que es impenetrable o de difícil acceso para la mente. Sin embargo, la versatilidad del género permite incluso la creación de obras de ciencia ficción dura basadas en temas esotéricos, como sería el caso de la existencia de una tercera dimensión para los habitantes de Planilandia, la obra de Edwin Abbott.

Pero no cabe ya ninguna duda de que nos encontramos ante una obra más afín a la fantasía que a la ciencia ficción cuando por ella empiezan a pulular espíritus o se hace uso de la magia para contravenir las leyes naturales sin mayor explicación.

En último término, la asunción de que nos encontramos ante un fenómeno natural pero inexplicable para nuestro nivel científico actual es una prerrogativa del autor, una triquiñuela con la que se pretende dar plausibilidad a fenómenos carentes de base y a los que el autor ni siquiera ha sabido o se ha molestado en dotar de una excusa coherente.