Nikola Tesla

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Nikola Tesla
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Datos biográficos:
Nacimiento: 10 de julio de 1856
Fallecimiento: 7 de enero de 1943
Nacionalidad: Serbocroata
Datos literarios:
Principales obras: -
Premios: -
Reconocimientos: -
Pseudónimos: -
Otros datos:
Otros datos: No hay otros datos

(1856 - 1943)

Biografía:

Nikola Tesla nació el 10 de julio de 1856 en Smiljan, Imperio austrohúngaro (actual Croacia), lo que lo hacía ciudadano del imperio austríaco.

De origen étnico serbio, su padre era sacerdote de la iglesia ortodoxa serbia y su madre, aunque analfabeta, era persona de gran inteligencia y habilidad a la hora de crear herramientas.

Europa:

En 1875 comenzó los estudios de Ingeniería eléctrica en la Universidad de Grantz donde estudió los usos de la corriente alterna. Según los registros de la propia universidad, no continuó más allá del segundo trimestre del tercer año.

En diciembre de 1978 dejó de relacionarse con su familia y se dirigió a Maribor (hoy Eslovenia) donde trabajó como ayudante de ingeniería durante un año. Tras sufrir una crisis nerviosa, se dejó persuadir por su padre para asistir a la Universidad Carolina de Praga, donde sólo estudió un año antes de abandonarla tras la muerte de su padre.

En 1880 se trasladó a Budapest, donde trabajó en una compañía de telégrafos primero y, posteriormente, en 1881, en la central telefónica, donde llegó a los puestos de jefe de electricistas de la compañía y, finalmente, ingeniero del primer sistema telefónico del país.

En 1882 se trasladó a París donde comenzó a trabajar en una de las compañías de Edison, la Continental Edison Company.

Estados Unidos:

Tesla llegó a EE.UU. en junio de 1884 con una carta de recomendación de Charles Batchelor, su anterior empleador, para Thomas Edison. El texto de esa carta decía "conozco a dos grandes hombres, usted es uno de ellos; el otro es este joven". Gracias a esta recomendación Tesla entró a trabajar para la Edison Machine Works en Nueva York. Inicialmente se le asignó el puesto de ingeniero eléctrico, aunque pronto quedó clara su valía, llegándosele a encargar el rediseño de los generadores de corriente continua. Tras una desavenencia con Edison (Tesla contaría después que se le ofrecieron 50.000 dólares por rediseñar los generadores de corriente continua y que posteriormente se le negaron), Tesla abandonó la compañía de Edison.

Tras abandonar la compañía de Edison Tesla llegó a trabajar como obrero de construcción hasta que, en 1886, fundó su primera compañía: la Tesla Electric Light & Manufacturing. Fue relevado de su cargo por los inversores de la empresa y ese mismo año de 1886 volvió a trabajar en la construcción.

A finales de 1886 conoció a Alfred S. Brown y Charles F. Peck, con quienes en abril de 1887 fundó la Tesla Electric Company y en cuyos laboratorios del 89 de la calle Liberty en Manhattan desarrolló el motor de inducción de corriente alterna, que presentó en el American Institute of Electrical Engineers en 1888. Este inventó llamó la atención de la Westinghouse Electric & Manufacturing Company's, que adquirió la patente y contrató a Tesla para sus laboratorios de Pittsburgh.

Entre 1888 y mediados de la década de 1890 tuvo lugar lo que se conoció como la "guerra de las corrientes", con la compañía de Edison por la corriente continua y la de Westinghouse por la alterna, y que finalizó en 1892 cuando Edison perdió el control de su compañía (que se integraría en la General Electric) y se optó por la adopción de la corriente alterna (por la que Tesla había apostado desde el principio) como la forma óptima de transportar energía. En esa época tuvo lugar también una guerra de patentes entre Westinghouse y la General Electric, financiada por J.P. Morgan.

Durante esos años, el 30 de julio de 1891 Tesla recibe la nacionalidad estadounidense. Ese mismo año traslada su laboratorio a Nueva York, a la Quinta Avenida con 35 sur y, posteriormente, a la calle Houston con 46 este. En este último lugar estuvo experimentando con la resonancia mecánica hasta que las quejas de los vecinos le obligaron a detener sus experimentos. Entre los años de 1892 y 1894 ejerció el cargo de vicepresidente de la American Institute of Electrical Engineers. En 1893 colabora en el diseño de la transmisión eléctrica desde la central eléctrica de las cataratas del Niágara, y lograría abastecer de electricidad a la ciudad de Bufalo en 1896. En 1894 investigó un sistema de generación de rayos x (entonces conocidos como rayos Roentgen) y en 1898 construyó un pequeño barco dirigido por radiocontrol; varias de las patentes empleadas en esta embarcación serían posteriormente utilizadas por Marconi para la radio, invento que se le atribuyó aunque hoy en día se reconoce que pertenece a Tesla.

En mayo de 1899 Tesla se traslada a su laboratorio de Colorado Springs donde investigaría el uso de corriente alterna a altas frecuencia y voltajes. Su objetivo en este laboratorio sería lograr una forma inalámbrica de transmisión de energía, consiguiendo encender algunas bombillas situadas a varias decenas de metros de la torre. Las consecuencias de sus experimentos eran percibidas en los alrededores: dinamos quemadas a varios kilómetros de distancia, caballos recibiendo descargas a través de sus herraduras, mariposas electrificadas con fuegos de san Telmo alrededor de sus alas... Abandonó el laboratorio en 1900 tras haber gastado en sus investigaciones el dinero que J.J. Astor le había entregado para que desarrollará un nuevo sistema de alumbrado.

Ese año de 1900 se trasladó a su instalación de la torre Wardenclyffe, en su mayor parte financiada por J.P. Morgan, donde trabajaría hasta 1917.

En 1928 recibió su ultima patente (un avión de despegue vertical, probablemente inviable).

Durante sus últimos años Tesla permaneció solitario, realizando desplazamientos regulares fuera del hotel para alimentar a las palomas y anunciando ocasionalmente inventos como un Rayo de la Muerte.

En 1934 la compañía Westinghouse Electric & Manufacturing Company comenzó a pagar a Tesla una renta de 125 dólares mensuales además de los gastos de alojamiento en la habitación 3327 del New Yorker Hotel, asignación que mantendría hasta su muerte el 7 de enero de 1943 a los 86 años de edad.

Fue hallado muerto dos días después cuando la camarera del hotel decidió abrir la puerta a pesar de la señal de "No molestar". El examinador médico determinó que la causa había sido una trombosis coronaria. Tras su fallecimiento, su amigo Hugo Gernsback encargó que fuera realizada una máscara mortuoria que se expone en el Nikola Tesla Museum.

Dos días después el FBI ordenó que los documentos y pertenencias de Tesla fueran investigados, seguramente alarmados por las afirmaciones del propio Tesla asegurando haber diseñado armas extremadamente letales. Sin embargo, tras tres días de minucioso análisis por el miembro del MIT John G. Trump, se dictaminó que los inventos del Tesla durante los últimos quince años de su vida habían sido básicamente especulativos y filosóficos, pero sin aportar principios que sustentaran los resultados que Tesla anunciaba.

Vida personal:

Tesla era una persona meticulosa en todos los aspectos, desde sus horarios de trabajo y de sueño (aseguraba no dormir nunca más de dos horas, aunque reconocía descansar de vez en cuando para "recargar las baterías") hasta su forma de vestir.

Tenía la capacidad de visualizar sus inventos en su mente antes de realizarlos, además de una memoria extraordinaria. Era, además, políglota, hablando ocho idiomas.

Evitaba el contacto social pero, en las ocasiones en que era invitado a reuniones o comidas de sociedad, sus contertulios coincidían en que era una persona de trato agradable. A pesar de ello mantuvo amistad con varias personalidades, entre ellas los escritores Mark Twain y Hugo Gernsback.

Aunque tenía un notable éxito entre las mujeres, nunca se casó y aseguraba que mantener el celibato le había sido de ayuda en sus investigaciones científicas.

Logros:

Tesla fue un inventor prolífico. No inventó la corriente alterna, como a veces se asegura, pero supo ver sus ventajas a la hora de transmitir electricidad a largas distancias reduciendo las pérdidas de energía frente a la corriente continua (preferida por Edison).

Inventó el motor de inducción mediante corriente alterna que al prescindir de escobillas, reducía el rozamiento, evitaba la producción de chispas y requería de un mantenimiento mucho menor. Estos motores son la base de la mayor parte de las máquinas industriales de hoy en día por su escaso coste, reducido mantenimiento y alta eficiencia.

Sus investigaciones acerca de la transmisión de energía de forma inalámbrica mediante campos electromagnéticos supusieron la base para el desarrollo de la radio. Inicialmente atribuido a Marconi, finalmente se reconoció que el italiano había violado varias patentes de Tesla en el desarrollo de su aparato, otorgándose a Tesla la paternidad del invento.

Investigó también los rayos x y podría haber tomado la primera radiografía de la historia de forma inadvertida cuando, al intentar fotografiar a Mark Twain iluminado mediante un nuevo tipo de lámpara sólo logró fotografiar el tornillo de bloqueo de la lente de la cámara.

Se llegó a mencionar su nombre como posible candidato el premio Nobel en 1915 junto con Thomas Edison. Sin embargo, aunque la fundación Nobel lo negara, se ha rumoreado que ambos, Tesla y Edison, se habrían negado a compartir el premio debido a su enemistad.

La unidad de densidad de flujo magnético recibe el nombre de Tesla en su honor.

La leyenda:

Valedor de la corriente alterna para el transporte de energía a largas distancias, inventor del motor de inducción, de desarrollos que dieron lugar a la radio (invento que fue atribuido a Marconi), de un método de obtención de rayos-x... resulta difícil sobrevalorar la figura de Nikola Tesla y, sin embargo, el imaginario popular lo ha conseguido.

Sin duda, buena parte de la leyenda a su alrededor tiene su origen en el propio Tesla, quien gustaba de presentar sus inventos elegantemente vestido, como si fuera un mago de El prestigio. Aunque esto sólo era apariencia (presentaba sus invenciones como ciencia, no como resultado de un arte mágica), exponer así inventos incomprensibles y maravillosos ante un público desconocedor de la electricidad contribuyó a rodearlo de un aura de magia y misterio que se ha extendido hasta hoy, haciéndolo protagonista de historias que mezclan realidad con fantasía y conspiración.

Existe también la imagen de un Tesla engañado y maltratado por un Edison inferior y envidioso de la brillantez del serbocroata. Se narra, por ejemplo, un episodio según el que Edison prometió a Tesla 50.000 dólares por la resolución de un problema, dinero que le negó una vez Tesla hubo obtenido la solución aduciendo que "no había entendido el sentido del humor americano". No se conoce la versión de Edison de este episodio pero, contrariamente a lo que dice la leyenda, el dinero no le fue prometido por el propio Edison, sino por un subordinado, por lo que es posible que realmente Tesla hubiera creído que le ofrecía una gran cantidad de dinero alguien que no estaba autorizado para ello y que, efectivamente, Edison se negara a entregar un dinero que él no había prometido.

Sobre la leyenda del robo de patentes de Tesla por parte de Edison, cabe decir que estas patentes fueron de inventos realizados por Tesla mientras era empleado de los laboratorios de la compañía de Edison, por lo que, efectivamente, pertenecían a la compañía del americano. Por otra parte, cuando Tesla dejó la compañía de Edison lo hizo para continuar los desarrollos que había comenzado siendo un empleado de Edison, para lo que se había valido de sus laboratorios. Así pues, cabe también preguntarse si la actuación de Tesla aquí no fue, de hecho, un robo de conocimientos que pertenecían a su antigua compañía, que había pagado su desarrollo.

Si bien Tesla acertó al apostar por la corriente alterna y tuvo éxito al crear el motor de inducción por corriente alterna y en retransmitir señales de radio, no tuvo el mismo éxito en la transmisión de energía inalámbrica. A pesar de su convicción en un mundo que extraería la energía libremente del aire, sus logros fueron modestos e ineficientes. No en vano décadas después, con mayores conocimientos científicos y tecnológicos, no se ha dado un gran avance en este campo por las pérdidas que la transmisión inalámbrica lleva asociadas.

No hay que olvidar que Tesla era un brillante ingeniero, pero no un físico; tenía un profundo conocimiento de las técnicas que empleaba y una poderosa intuición que le permitía encontrar formas de emplear la tecnología con fines novedosos o de mejorar y hacer más eficientes las técnicas de otros, pero es discutible que tuviera un conocimiento real y profundo de la física que se encontraba tras ellos. A pesar de que sus grandes logros estaban directamente relacionados con la electricidad, negaba la existencia de partículas subatómicas, incluido el electrón, y se conservan cartas suyas dirigidas a Einstein en las que pretendía refutar la Relatividad.

Nada de lo anterior cuestiona la genialidad de Tesla ni el valor de sus inventos, sino que pretende contextualizar muchas de las afirmaciones que se hacen acerca de él, a menudo exageradas. Los logros y descubrimientos de Tesla fueron extraordinarios y merece ser recordado por ellos, no por imágenes distorsionadas que oscurecen su verdadera figura.

Tesla en la ciencia ficción:

Este aura de misterio y genialidad, acrecentada y adornada con el paso del tiempo, le han hecho un personaje -en el más puro sentido literario- muy apreciado dentro del género de ciencia ficción.

Con frecuencia, utilizado a modo de personaje secundario, a veces como mero cameo, lo cierto es que recurrir a Tesla como la mente genial detrás de un invento extraordinario se ha convertido en un simpático medio de dar credibilidad a dicho invento, a la sazón, un auténtico McGuffin.

Aunque pueda parecer, por lo tanto, que Tesla desempeña en estos casos un papel utilitario y casi superfluo, resulta muy habitual que su aparición contribuya, por el contrario, a aportar un notable sentido de la maravilla a la trama, al tiempo que enriquece el escenario. Un buen ejemplo de esto lo podemos encontrar en El prestigio (El truco final) (Christopher Nolan, 2006), donde un elegante David Bowie encarna al inventor, al que los magos protagonistas recurren de manera independiente para conseguir sus servicios.

Este poder evocador, tanto de la figura del propio Tesla como de la época que le tocó vivir, con la emergente energía eléctrica cambiando el mundo a pasos agigantados al tiempo que la era victoriana aún no se había desvanecido del todo, ha favorecido el surgimiento de un subgénero de ciencia ficción, similar al steampunk: el Teslapunk. El punto de inflexión para este conjunto de líneas históricas alternativas, por supuesto, es el triunfo de las ideas de Tesla, la concreción de sus teorías (especialmente, la transmisión de energía sin cables por medio de torres) y el desarrollo de eficientes y potentes motores de inducción. Un mundo plagado de bobinas, capacitores, pistolas de rayos e, incluso, robots, portales dimensionales y casi cualquier cosa que quepa en la imaginación del autor.

Uno de los mejores ejemplos de esta ciencia ficción maravillosa asentada en la línea estética del Teslapunk es el cómic Atomic Robo (Brian Clevinger y Scott Wegener, 2007), donde el inventor dejó como guardián de su legado a un robot atómico de inteligencia automática; dos aspectos tecnológicos, la energía atómica y la inteligencia artificial, a los que Tesla no contribuyó en absoluto. Sin embargo, estas incoherencias con la realidad carecen totalmente de importancia, dado que estos relatos no pretende hacer una reconstrucción de la figura histórica del inventor, sino que se alimentan deliberadamente de su leyenda para plantear un mundo en el que todo es posible y gracias al cual se ha renovado el encanto de un tipo de ciencia ficción eminentemente lúdica.

En España el potencial de Tesla como dinamizador de la historia de descubrimiento y aventura no ha pasado desapercibido y se pueden mencionar interesantes ejemplos, como el magníficamente ambientado Tesla y la conspiración de la luz (Miguel A. Delgado, 2014) e incluso el iconoclasta Novedad en el alcázar (José Ramón Vázquez, 2009).

Pero especial mención merece La epopeya de los amantes, de Miguel Santander (2014). En ella, Nikola no sólo se alza, por pleno derecho, con el papel protagonista, sino que el autor sabe trenzar realidad y ficción de tal manera que, al menos en apariencia, no se producen las faltas de coherencia atribuibles a las obras anteriores (de hecho, no se puede hablar de ucronía en la obra de Santander).

En definitiva, se percibe en los últimos años un creciente interés por la realidad y la leyenda de Nikola Tesla, fenómeno que sin duda debe estar relacionado también con la reivindicación de su figura histórica. Y en tal sentido, la ciencia ficción lo ha abrazado como uno de sus iconos modernos, alimentándose y contribuyendo a un mismo tiempo a esta campaña de reivindicación y difusión.