Los viajeros del tiempo nunca mueren
Los viajeros del tiempo nunca mueren | |
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Autor: | Jack McDevitt |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Time Travelers Never Die |
Revista o libro: | Premio UPC 1994 |
Editorial: | Ediciones B Colección: Nova ciencia ficción nº72 |
Fecha | Mayo de 1994 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Premio UPC 1994 |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | Premio HOMer |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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Jack McDevitt (1994)
Los viajeros del tiempo nunca mueren es un relato clásico de viajes en el tiempo en el que el protagonista debe resolver una paradoja que amenaza la supervivencia de la misma realidad.
Tabla de contenidos
El escenario:
McDevitt no profundiza demasiado en el escenario planteado. Parece ser un futuro cercano en el que a nivel social no se detectan cambios significativos, pero en el que, ciertamente, se ha avanzado en la exploración de la mecánica cuántica, y especialmente en la teoría de la gravedad cuántica. El nóvum es el desarrollo en secreto por parte de un brillante científico de esta teoría, dando una explicación a la gravedad que, como efectos derivados, presenta la posibilidad de manipular el tiempo, de viajar con precisión a través de esta cuarta dimensión.
La trama:
El motor del relato es la aparente muerte de este científico en un asalto en su casa, calcinado e identificado por sus placas dentales, y el establecimiento de una paradoja al constatar que el científico no ha muerto, sino que ha recibido información del futuro de su propia muerte y se ha negado a volver a su casa.
A partir de este momento, su compañero de viaje habitual empezará una persecución a través de las épocas para tratar de convencerle de que debe volver para morir como está previsto, mientras la realidad parece derrumbarse por su negativa.
El resultado:
Un relato simple, previsible en gran medida en el desarrollo de la trama.
El trío protagonista carece de calidez, las motivaciones del protagonista parecen demasiado frías y cerebrales y apenas consiguen transmitir la sensación de tragedia y el lector no puede penetrar en el esquemático personaje del científico. La chica, cuyo amor parecen disputarse los otros dos, presenta reacciones un poco más viscerales, pero McDevitt no sabe o no tiene espacio para desarrollar un posible triángulo amoroso y las tensiones dramáticas que implican la resolución de la paradoja.
Narrado sin fallos, sin excesos y sin especial brillantez.
Premios:
Obtenidos:
- 1997: Premio HOMer de novela corta
Finalista:
- 1994: Mención especial premio UPC de novela corta
- 1997: Premio Hugo de novela corta
- 1997: Premio Nebula de novela corta