Diferencia entre revisiones de «La fábrica de Absoluto»

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'''[[Karel Capek]] (1926)'''
 
'''[[Karel Capek]] (1926)'''
  

Revisión de 12:58 17 nov 2007

La fábrica de Absoluto
Autor: Karel Capek
Otros títulos: {{{Otros títulos}}}
Datos de primera publicación(1):
Título original: Továrna na absolutno
Revista o libro: Se desconoce
Editorial: {{{Editorial}}}
Fecha 1926 de {{{Año}}}
Publicación en español:
Publicaciones(2): Relato indepenediente
Otros datos:
Saga: Relato indepenediente
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos: No hay otros datos
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Karel Capek ({{{Año}}})

Karel Capek (1926)

La fábrica de Absoluto es de una brillante parodia de la religión con pasajes realmente hilarantes.

El argumento:

La historia comienza cuando el industrial Bondy compra a un antiguo compañero de Facultad un "carburador atómico". Este carburador extrae energía a partir de la materia que desintegra, dejando en el proceso un peligroso residuo: Dios.

Y es que en según las premisas del libro, Dios está en todas partes, es decir: está fundido con la materia, de forma que, al eliminar la materia para obtener energía Dios, al ser intangible, queda liberado manifestandose en el entorno del carburador.

Así, la gente que trabaja junto a estos artefactos comienza a experimentar un éxtasis místico, levita, adquiere la capacidad de obrar milagros, de profetizar...

Surgen así sectas y cultos ligados a los lugares donde se instalaron los carburadores, como una draga o un tiovivo. El problema es que la divinidad, el Absoluto, es demasiado grande: los hombres no pueden percibir su forma y pronto se producen enfrentemientos entre los seguidores de la draga, los del tiovivo, los cristianos, los judíos, los comunistas (que han afiliado al camarada Dios a su partido), los materialistas (terríblemente fanáticos en sus dogmas de no creencia) y, en general, todas las religiones.

Y es que, según explica un obispo al principio de la novela, al advertir a Bondy de los peligros de su máquina, la religión está para domesticar a Dios y tenerlo bien atado y controlado. El Dios desencadenado por los ateos, libre de toda traba será, según vaticina, demasiado peligroso.

Y así, confirmando las palabras del obispo, pronto el mundo estalla en una terrible guerra que asola a todos los países.

Una obra irregular:

Según explica el propio autor en el prólogo, comenzó la historia con fluidez para, después, perder la inspiración y verse obligado a sacar adelante con mayores o menores dificultades los siguientes capítulos, que salieron en forma de folletín en un perióico.

Esto, por supuesto, se nota en el conjunto de la obra. Los primeros capítulos son ligeros y muy divertidos, pero pronto la acción se le va al autor de las manos. Los dos últimos capítulos son una dura crítica a la insensatez del hombre y un claro manifiesto en contra de la guerra y a favor de la tolerancia.

Conclusión:

Se trata de un libro irregular pero muy divertido y totalmente recomendable.