How Do I Know (Here We Go Magic)

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How Do I Know (Here We Go Magic)
Director del vídeoclip: Sean Pecknold
Autor de la canción: Here We Go Magic
Álbum: A Different Ship
Primera emisión: 2012
Vídeoclip: Videoclip en Vimeo
Otros datos: Página oficial del grupo

Sean Pecknold (2012)

How Do I Know es una canción de la banda americana de indie-folk Here We Go Magic

El video musical es de factura sencilla, pero realizado con frescura e imaginación.

Se inicia la historia con una breve discusión: una hermosa mujer en silla de ruedas increpa a su marido (de aspecto mucho mayor, peor cuidado y desconsolado) acerca del hecho de que haya comprado un androide, una bailarina robot.

"You treat a machine like that as you wife. I'm your wife. You ordered that in a box. Hello? Just get rid of her."
"Tratas a una máquina como esa como si fuera tu mujer. ¡Yo soy tu mujer! La compraste en una caja, ¡por favor! Deshazte de ella."

En este momento, se inicia la música y vemos al pobre hombre acarrear a la chica robot de un lado para otro, imágenes retrospectivas de la relación que han mantenido, que es, todo hay que decirlo, irreprochable.

El androide en una jovencita bailarina y el hombre se dedica a mirarla bailar y sonreír. Poco a poco, se va animando e incluso intenta dar algunos pasos imitándola.

La letra, banda sonora de la historia, dice lo siguiente:

"How do I know if I love you?
When I sure like you breath
The way that you tucker
And straighten your bed
But how do I know if I love you?"
"¿Cómo sé si te quiero?
cuando estoy tan seguro como de que respiras.
La manera en la que te arreglas
y alisas tu cama.
¿Pero cómo sé si te quiero?

Las estrofas continúan en el mismo sentido, describiendo pequeños detalles que no explican nada, pero que deben ser amor.

Es sencillo trazar un paralelismo entre la letra y el video que la ilustra. Vemos que el hombre ama a la androide porque le vemos feliz mirándola bailar, dar vueltas, agitarse, siendo sencilla y vital, en claro contraste con su esposa que no se mueve de su silla (pese a que no parece pasarle nada malo) y no sonríe ni hace ninguna de esas pequeñas cosas sencillas que pudieran dar felicidad.

Pero la bailarina no deja de ser un robot y el hombre, finalmente, siguiendo las instrucciones de su esposa, la desactiva. El robot, al ser inmovilizado, como si tuviera demasiada energía en su interior, empieza a vibrar y termina estallando en luces de colores.

Un videoclip delicioso, lleno de ritmo, perfectamente sincronizado con la música con la que consigue formar un todo. Una muestra de que no hace falta grandes presupuestos, sino ingenio y sensibilidad, para producir obras de bella factura.