Extraterrestres

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Los extraterrestres son uno de los tópicos más habituales de la ciencia ficción.

La posible existencia de vida extraterrestre es uno de los campos de investigación más estimulantes de la ciencia. De hecho, ya desde las misiones Viking la búsqueda de indicios de vida en Marte es una de las prioridades de cualquier misión.

Sin embargo, salvo en la ciencia ficción dura, casi todos los extraterrestres que aparecen en las obras de ciencia ficción son formas de vida más o menos complejas, en casi todos los casos inteligentes y civilizadas y a menudo superiores a los humanos.

Los extraterrestres aparecen tanto en las más triviales obras de Space Opera (p.e. La guerra de las galaxias) como en obras mucho más serias y maduras (p.e. Solaris) en las que se especula acerca de las implicaciones de un posible contacto.

La ecuación de Frank Drake

En dicha fórmula se intenta calcular el posible número de civilizaciones tecnológicas en nuestra galaxia partiendo de la tasa media de formación de estrellas de tipo parecido al Sol (R), se aplican coeficientes que van reduciendo progresivametne la probabilidad según los siguientes parámetros de cálculo.

Según Carl Sagan, un optimista del contacto entre especies, existen millones de especies inteligentes tecnológicamente avanzadas en nuestra galaxia (si bien más adelante revisó sus cálculos dando un resultado de 10).

Isaac Asimov, mucho más comedido, suponía el valor de N en 530.000 el número de civilizaciones extraterrestres existentes.

La paradoja de Fermi

Con los cálculos anteriores en la mano, la paradoja de Fermi viene a preguntarse cómo es posible que con tal superpoblación en la galaxia todavía no hayamos contactado con ninguna de estas civilizaciones.

La evolución del concepto

La visión que se tenía de la vida inteligente extraterrestre ha ido evolucionando con el paso del tiempo a medida que se adquirían y popularizaban nuevos conocimientos sobre las posibilidades reales de lo que los escritores imaginaban.

Fue casi inevitable que los primeros extraterrestres imaginados fueran hombres en la Luna. Tras deshechar nuestro satélite como sostenedor de vida, la siguiente opción lógica fue la de Marte. De hecho, el planeta rojo ha sido protagonista de muchas sagas de ciencia ficción, a veces como simple marco exótico para una Space Opera y otras veces tratado con mayor seriedad.

La fiebre marciana (y eventualmente también la venusiana) duró toda casi toda la edad de oro, pero finalmente los autores de estos relatos fantásticos tuvieron que admitir que Marte también era un improbable escenario para la vida, al menos en la actualidad, ya que muchos han seguido elucubrando acerca de viejas civilizaciones extintas.

Pero dejando aparte el origen de estas especies, un asunto que también ha cautivado la imaginación es la forma que podrían adoptar nuestros vecinos en el universo. Una vez más, al principio se impuso la forma antropomoide, se podría decir que creamos a los extraterrestres a nuestra semejanza, dando lugar a relatos que extrapolaban los problemas entre las naciones de la Tierra a las posibles naciones del espacio: guerras, malendidos culturales, racismo, xenofobia... así como economía, comercio y política basados en motivaciones muy humanas.

Un segundo frente se abrió rápidamente cuando comenzó a imaginarse que eran los extraterrestres quienes venían a la Tierra, básicamente a invadirnos y exterminarnos. Este versión, que se alimentaba del terror a lo desconocido, presentaba a alienígenas extremadamente deshumanizados en lo físico, pero no muy diferentes de una nación agresora en su enfoque comportamental. De hecho, la primera versión cinematográfica de La guerra de los mundos es una manera encubierta de teatralizar una invasión comunista.

Durante la nueva ola, la regeneración de los temas típicos de la ciencia ficción y su mayor tendencia a la profundización psicológica llevó, finalmente, a imaginar extraterrestres diferentes a los seres humanos ya no sólo en el físico, sino también cultural, piscológica y filosóficamente. La diversidad se disparó al empezar a considerarse posibles vidas inteligentes asexuadas, ameboides, carentes de cuerpo físico, mentes colmena y otra multitud de sugerencias que abordan el problema fundamental de la comunicación y la empatía entre especies que tienen tanto que ver con nosotros como una planta con un ratón.

Extraterrestres en la literatura

Evolución cronológica del tipo de extraterrestres reflejados en la obra escrita.

  • La guerra de los mundos (1898): marcianos de extraña morfología atacan la Tierra
  • Crónicas marcianas (1946): metafóricos marcianos casi idénticos a los terrestres son molestados, invadidos y exterminados
  • El día de los trífidos (1951): ¿esporas espaciales o un experimento fallido? Plantas inteligentes invaden la Tierra
  • El centinela (1953): una civilización misteriosa que nos vigila
  • Estrella doble (1956): marcianos, los primeros contactos diplomáticos
  • Brigadas del espacio (1959): las chinches, una especie de insectos belicosos, tan diferentes a nosotros que la comprensión o el diálogo son casi imposibles
  • Forastero en tierra extraña (1961): marcianos, una civilización profundamente diferente a la nuestra más allá del simple aspecto físico
  • Solaris (1961): un planeta vivo. Imposible empatizar con sus motivaciones ni establecer ningún baremos que lo pueda comparar a la inteligencia y el sentir humanos
  • Tiempo de Marte (1964): una civilización marciana que agoniza
  • Estación de tránsito (1964): multitud de civilizaciones que pueblan la galaxia
  • Mundo Anillo (1970): diversas civilizaciones que compiten por el control de la galaxia
  • Cita con Rama (1973): sin identificar, sólamente reconocibles por sus obras
  • Pórtico (1977): sin identificar, sólamente reconocibles por sus obras
  • Contra el infinito (1983): Aleph, una misteriosa nave que aparece y desaparece a su antojo mientras los humanos intentan terraformar un satélite
  • Contact (1985): sin identificar, una civilización superior que ha dejado un mensaje para que lo descifremos cuando nuestro nivel de desarrollo refleja a un digno interlocutor
  • El juego de Ender (1985): insectores, una especie de insectos, con su poquito de diferencia que provoca un malentenido cultural que desemboca en una guerra genocida

Extraterrestres en el cine

En cine no se puede hablar propiamente de una evolución de conceptos, sino de una predominancia de géneros. Según el interés del productor, los extraterrestres han sido amigables y esperanzadores o amenazas sanguinarias que retan al espíritu de superación del protagonista o de toda la raza humana.

Con muy pocas excepciones, como Solaris (1972), el interés por la exploración del contacto ha sido nulo, la profundidad de los temas casi irrelevante.