Europa

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Europa Tierra
Características físicas
Diámetro del ecuador (km): 3.121 12.756,28
Periodo de rotación: 3 d 13 h 23 h 56 min
Masa (kg): 4,8 × 1022 5,97 × 1024
Densidad (g/cm3): 3,01 5,51
Gravedad superficial (m/s2): 1,32 9,81
Velocidad de escape (km/s): Se desconoce 11,19
Inclinación axial (º): Se desconoce 23,45
Temperatura (K):
Mínima:
Media:
Máxima:
85
103
125
182
282
333
Características orbitales
Radio medio (km): 0,671 × 106 148,50 × 106
Excentricidad: 0,0101 0,0167
Periodo de traslación: 3 d 13 h 365 d 6 h
Otros datos
Principales satélites: Es satélite de Júpiter
Atmosfera Despreciable
En la ciencia ficción
Principales obras: 2010, odisea dos
¡Tigre! ¡Tigre!
Carne

La Europa real:

Europa el segundo de los cuatro satélites galileanos más cercano a Júpiter y el más pequeño de tamaño. Los otros tres son Io, Ganímedes y Calisto.

Su radio orbital es de 670.900 kilómetros, su periodo orbital de tres días y medio y su diámetro ecuatorial es de 3.121 kilómetros. La temperatura en su superficie es de -171 ºC.

Europa es muy similar a los planetas telúricos, compuesta principalmente de rocas silíceas con un núcleo metálico, probablemente de hierro fundido. La luna está cubierta por una capa de hielo de agua de unos 10 ó 30 kilómetros de espesor. La interacción de Europa con el campo magnético demuestra que bajo el hielo hay una capa de agua unos 90 kilómetros de profundidad.

La superficie de hielo revela pocos cráteres, por lo que se supone que no tiene más de entre 40 y 90 millones de años de antigüedad. Sobre ella hay grandes estrías que se extienden miles de kilómetros a lo largo y con hasta 2 kilómetros de anchura. Estas enormes grietas, de coloración rojiza, se producen por el efecto marea de Júpiter, que induce tensiones en el hielo. Cuando el hielo se fractura, el agua del interior hierve, ya que el planeta carece de atmósfera, y se congela, cerrando la grieta. El telescopio espacial Hubble detectó plumas de vapor de agua emergiendo de su superficie, lo que refuerza esta hipótesis. El color rojizo de las grietas se debe a los materiales de relleno que se depositan, ricos en sales y, posiblemente, también moléculas orgánicas. Parece existir una ligera diferencia de velocidad de rotación entre la luna y su superficie que desdibuja las estrías más antiguas.

Se especula que existen corrientes de convección bajo la superficie de hielo, impulsadas por el núcleo de hierro fundido, lo que podría producir en Europa una dinámica similar a la tectónica de placas, factor sumamente importante para establecer un ciclo de renovación de materiales. Esto, sumado a la presencia de agua líquida subsuperficial hace pensar que los océanos de Europa son un posible escenario de vida, más probable, incluso, que la superficie de Marte en la actualidad. Además, es altamente improbable que haya existido contacto entre Europa y la Tierra mediante meteoritos, por lo que, de existir, la vida en Europa puede ser radicalmente distinta a la desarrollada en la Tierra.

Europa en la ciencia ficción:

En la ciencia ficción de la edad de oro, cuando se sabía muy poco acera de los diversos cuerpos del Sistema Solar, Europa aparece en algunas obras de Space Opera como un posible mundo colonizado por humanos. Es el caso de El hechicero de Linn (A. E. van Vogt, 1950). Es mencionada también en ¡Tigre! ¡Tigre! (Las estrellas mi destino) (1956), de Alfred Bester, como uno de los siete Satélites Exteriores colonizados que se han unido en guerra contra los Planetas Interiores.

Desde la ciencia ficción dura, se conocía que Europa es el cuerpo del Sistema Solar con mayor albedo, lo que hizo suponer desde muy pronto la abundante presencia de hielo de agua, algo que deja reflejado Arthur C. Clarke en 2001, una odisea espacial (1968).

En su continuación, 2010, odisea dos (1982), la astronave china Tsien con el fin de adelantarse a los rusos y americanos que viajan en la Leonov escapa de la Tierra mediante una órbita de alta energía y sin combustible para el regreso. Los planes de los chinos son aterrizar en Europa y utilizar su hielo para reabastecerse de combustible (los motores químicos obtienen el impulso quemando hidrógeno con oxígeno, elementos que pueden obtenerse del agua). En realidad, Europa, como uno de los mejores candidatos de nuestro Sistema Solar para desarrollar vida, es el protagonista último de esta novela, así como de su continuación, 3001, odisea final (1996).

A medio camino entre la ciencia ficción dura y la más fantasiosa, en El sueño de Galileo (Kim Stanley Robinson, 2010) encontramos a un Galileo que, gracias a un viaje en el tiempo, puede llegar a visitar una Europa coloniza en el futuro.

En La fragua de Dios (Greg Bear, 1987), la acción comienza precisamente cuando los científicos de la Tierra descubren la repentina desaparición de esta luna joviana, preludio de una guerra apocalíptica.

En la ciencia ficción española Europa también ha sido protagonista de escenarios futuristas. José Antonio Cotrina, en Mala racha (2000), propone Europa como una próspera colonia, una vez que nos hayamos deshecho de la necesidad de atmósfera de nuestros cuerpos biológicos y utilicemos otros prostéticos. Daniel Mares, en su novela Carne (2004), también escoge la abundancia de agua de este satélite como característica decisiva para que unos supuestos hombres venidos de Marte establezcan allí una base científica.

Europa y la investigación de sus océanos es también el objetivo de la nave espacial Europa One en la película Europa Report (Sebastián Cordero, 2013), uno de los mejores ejemplos de ciencia ficción dura en cine. Y en cómic, podemos encontrar una referencia a una futura humanidad, descendientes de lso griegos, colonizando el satélite, en La cólera (Santiago García y Javier Olivares, 2020).

Sistema Solar

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