Estrella roja

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Estrella roja
Autor: Alexander Bogdánov
Otros títulos: '
Datos de primera publicación(1):
Título original: Krasnaya zvezda
Revista o libro: '
Editorial:
Fecha fecha desconocida de 1908
Publicación en español:
Publicaciones(2): '
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Alexander Bogdánov (1908)

Estrella roja es una novela escrita por Alexander Bogdánov en 1908, sobre una sociedad socialista establecida en el planeta Marte.

La acción comienza en Moscú en los tumultuosos años previos a la revolución rusa, es decir, el presente en la novela. El protagonista es un miembro del partido visitado por un extraño personaje, llamado Menni, que resulta ser un marciano y que le pide venir a Marte como embajador del planeta Tierra. Tras recibir pruebas evidentes de que tal cosa es cierta, el terrestre acepta y así la obra se convierte en la narración de su encuentro con una civilización mucho más avanzada en lo tecnológico y, sobre todo, en lo social.

El libro está bien escrito, aunque no se puede considerar una obra de arte. Es evidente que el propósito de Bogdánov es sugerir una sociedad utópica basada en los principios del socialismo, por lo que dedica la mayor parte de los capítulos a describir cómo esta sociedad podría o debería ser: Cómo se realiza el trabajo, cómo se distribuyen los recursos, cómo los niños son enseñados, incluso qué tipo de arte se llevaría a cabo por seres humanos tan avanzados. Esta dedicación a construir un sistema y discutir sobre el mismo hace que Bogdánov descuide un poco la descripción y el desarrollo de los personajes principales. Todos los marcianos son tan inteligente y perfectos que parecen el mismo para el lector, para quien es difícil entender el interés particular que el protagonista puede tener en ninguno de ellos.

Aún más, no hay atractivo en el modo de vida marciano, por lo que un lector moderno puede tener algunas dificultades para empatizar con la fascinación que el narrador siente. Sí, esta sociedad podría ser perfecta en un sentido económico, pero también es demasiado intelectual y fría. Además, el autor parece sugerir que la perfección del individuo debe estar orientada al mayor bienestar de la sociedad y no al revés, lo que podría sonar un poco extraño para un occidental, cuya filosofía suele estar más orientada a la autorealización personal.

Sin embargo, un uso casi socrático del diálogo hace fácil la lectura, que llega a parecer un texto didáctico.

También es interesante comprobar cómo un buen científico, como fuera el ruso, vislumbró la tecnología del futuro. La forma en que se imaginó el viaje espacial (mediante el desarrollo de antimateria) podría considerarse ingenuo hoy en día, pero en realidad es una conjetura educada (aunque no exenta de algo de fantasía) acerca de la composición de la materia misma, según el conocimiento que se poseía al principio del siglo veinte: Curie había justo demostrado la desintegración radiactiva y Thomson (ambos mencionados en el libro) acababa de proponer su modelo atómico. ¿Qué es la gravedad?, parece preguntarse Bogdánov. Y se responde: Tal vez, una especie de atracción eléctrica.

Con todo, el Estrella Roja es una lectura muy interesante para aquellos que disfrutan de indagar en las raíces de la ciencia ficción, o que se preguntan cuáles fueron los sueños de un verdadero socialista, justo al comienzo de la revolución. El libro es agradable y fácil de leer, y nos ofrece una rara oportunidad de introducirnos en la forma de pensar de uno de los protagonista de la época en que fue escrito.

Unas notas sobre el autor:

Hoy que tener presente que Bogdánov fue colaborador de Lenin antes de la revolución rusa y considerado durante mucho tiempo como la segunda persona más importante entre los bolcheviques. Como filósofo, desarrolló el llamado empiriomonismo (del griego, experiencia y único). Salvando las distancias, esta filosofía vendría a decir que todo, tanto el mundo físico como el psíquico, es experiencia organizada, el uno socialmente y el otro individualmente; frente al dualismo, que separa lo psíquico de lo físico y los coloca en un plano de igualdad.

Lenin criticaría fuertemente esta doctrina, y ambos terminarían enfrentados (al menos en lo dialéctico) por sus diferentes visiones acerca del papel de los trabajadores. En la presente obra se puede comprobar que Bogdánov depositaba su esperanza en el desarrollo científico y tecnológico, con fuerte protagonismo de la producción en las fábricas, mientras que Lenin basó gran parte de sus propuesta revolucionaria en la movilización de los trabajadores del campo, a la sazón prácticamente esclavizados.

Esta visión tecnófila del autor de esta novela es comprensible, especialmente si tenemos en cuenta su consistente formación científica. Bogdánov era médico, con formación en psiquiatría, pero también intereses y trabajos teóricos en economía y precursor de la teoría de sistemas. Sus últimos años de vida los dedicó a la realización de experimentos sobre transfusión sanguínea (con una teoría que se puede rastrear en la novela, acerca de los poderes rejuvenecedores de esta técnica), y moriría víctima de una de estas pruebas.