Diferencia entre revisiones de «El convector Toynbee (Relato)»

De Alt64-wiki, la enciclopedia libre.
Saltar a: navegación, buscar
(Sinopsis:)
(El relato:)
 
Línea 32: Línea 32:
 
Bradbury propone aquí una obra filosófica cuya premisa se acopla de manera natural a la narración. En principio, parece que nos encontramos ante una especie de [[paradoja cerrada]]: la visita de Stiles al futuro le da las pruebas que llevadas al pasado inspirarán a la humanidad a alcanzar ese futuro. Sin embargo, Bradbury solía escaparse de las convenciones del género y este es un buen ejemplo, cuando el lector descubra que esta asunción sólo es cierta en apariencia.
 
Bradbury propone aquí una obra filosófica cuya premisa se acopla de manera natural a la narración. En principio, parece que nos encontramos ante una especie de [[paradoja cerrada]]: la visita de Stiles al futuro le da las pruebas que llevadas al pasado inspirarán a la humanidad a alcanzar ese futuro. Sin embargo, Bradbury solía escaparse de las convenciones del género y este es un buen ejemplo, cuando el lector descubra que esta asunción sólo es cierta en apariencia.
  
Decimos que en realidad es una obra de pretensiones filosóficas, una especie de experimento mental. Bradbury nos deja pistas de esto en el título del relato, punto que deja aún más explícito cuando el inventor de la máquina indica al periodista que él la denomina convector Toynbee, en referencia a un historiador del siglo XX que afirmaba que todo civilización que no apueste decididamente por el futuro está abocada a desaparecer. Arnold J. Toynbee, en efecto, fue una figura de enorme relevancia en los años cuarenta y cincuenta. Historiador, indicó que en el pasado, toda civilización afrontaba alguna crisis fundamental en algún momento, y que aquellas que no sabían enfrentarse al reto y superarlo a través de la innovación y la adaptación, desaparecían.
+
La obra es reflexiva, una especie de experimento mental. Bradbury arroja una pista sobre su temática subyacente en el título del relato, punto que deja aún más explícito cuando el inventor de la máquina indica al periodista que él la denomina convector Toynbee, en referencia a un historiador del siglo XX que afirmaba que toda civilización que no apueste decididamente por el futuro está abocada a desaparecer. Arnold J. Toynbee, en efecto, fue una figura de enorme relevancia en los años cuarenta y cincuenta. Historiador, indicó que, en el pasado, toda civilización había afrontado alguna crisis fundamental en algún momento, y que aquellas que no habían sabido enfrentarse al reto y superarlo a través de la innovación y la adaptación, habían desaparecido.
  
Esta es la convicción que tiene Stiles (y por lo tanto, en alguna medida, el propio autor) respecto del siglo XX. Problemas como el deterioro medioambiental o la amenaza de la extinción nuclear parecen demasiado grandes y complejos para ser abordados y el ciudadano de a pie se encuentra desencantado, atrapado en una especie de indefensión aprendida. La máquina de Stiles, con su posibilidad de mostrar un futuro brillante y esperanzador, es lo que necesita la sociedad de ese momento para deshacerse de esta sensación de fatalidad y trabajar por atrapar el futuro que desea.
+
Esta es la convicción que tiene Stiles (y por lo tanto, en alguna medida, el propio autor) respecto del siglo XX. Problemas como el deterioro medioambiental o la amenaza de la extinción nuclear parecen demasiado grandes y complejos para ser abordados y el ciudadano de a pie se encuentra desencantado, atrapado en una especie de indefensión aprendida. En especial, el final de los años setenta y principios de los ochenta, momento en el que se escribió el relato y que sirve de ambientación y referencia, son unos años de profundo desencanto en la sociedad americana, sumergida en un crisis económica que pone en tela de juicio la confianza en el progreso indefinido. La máquina de Stiles, con su posibilidad de mostrar un futuro brillante y esperanzador, es lo que necesita la sociedad de ese momento para deshacerse de esta sensación de fatalidad y trabajar por atrapar el futuro que desea.
  
  

Última revisión de 22:29 20 nov 2022

Nota: Este artículo se refiere al relato de Ray Bradbury. Para otros usos ver El convector Toynbee.

El convector Toynbee (Relato)
Autor: Ray Bradbury
Otros títulos:  
Datos de primera publicación(1):
Título original: The Toynbee Convector
Revista o libro: Playboy
Editorial: Editors of Playboy
Fecha Enero de 1984
Publicación en español:
Publicaciones(2): El convector Toynbee (Antología)
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación Ficha
ISFDB Ficha
Otras fuentes  
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Ray Bradbury (1984)

El convector Toynbee es un relato relacionado con los viajes en el tiempo, publicado originalmente en la revista Playboy en el número de enero de 1984.

Sinopsis:

En el centenario del primer y único viaje en el tiempo realizado, un periodista es invitado a entrevistar al viajero en el tiempo, Craig Bennett Stiles, que a la sazón cuenta con 130 años. Un siglo atrás, en la década de los ochenta del siglo XX, Stiles creó una máquina del tiempo, viajó un siglo al futuro y regresó con abundante material, vídeos, discos y fotos, que mostraban un brillante futuro para la humanidad en el que la crisis climática se había superado, la guerra se había abolido, las ciudades eran limpias y agradables, repletas de magníficos ejemplos de arquitectura que elevaba el espíritu...

Esta visión de un futuro tan brillante inspiró a los coetáneos de Stiles en el siglo XX, que abandonaron el fatalismo (la extinción de especies, el deterioro del planeta, la amenaza de una guerra nuclear...) y se lanzaron a construir el futuro reflejado en las grabaciones que trajo el viajero.

El relato:

Bradbury propone aquí una obra filosófica cuya premisa se acopla de manera natural a la narración. En principio, parece que nos encontramos ante una especie de paradoja cerrada: la visita de Stiles al futuro le da las pruebas que llevadas al pasado inspirarán a la humanidad a alcanzar ese futuro. Sin embargo, Bradbury solía escaparse de las convenciones del género y este es un buen ejemplo, cuando el lector descubra que esta asunción sólo es cierta en apariencia.

La obra es reflexiva, una especie de experimento mental. Bradbury arroja una pista sobre su temática subyacente en el título del relato, punto que deja aún más explícito cuando el inventor de la máquina indica al periodista que él la denomina convector Toynbee, en referencia a un historiador del siglo XX que afirmaba que toda civilización que no apueste decididamente por el futuro está abocada a desaparecer. Arnold J. Toynbee, en efecto, fue una figura de enorme relevancia en los años cuarenta y cincuenta. Historiador, indicó que, en el pasado, toda civilización había afrontado alguna crisis fundamental en algún momento, y que aquellas que no habían sabido enfrentarse al reto y superarlo a través de la innovación y la adaptación, habían desaparecido.

Esta es la convicción que tiene Stiles (y por lo tanto, en alguna medida, el propio autor) respecto del siglo XX. Problemas como el deterioro medioambiental o la amenaza de la extinción nuclear parecen demasiado grandes y complejos para ser abordados y el ciudadano de a pie se encuentra desencantado, atrapado en una especie de indefensión aprendida. En especial, el final de los años setenta y principios de los ochenta, momento en el que se escribió el relato y que sirve de ambientación y referencia, son unos años de profundo desencanto en la sociedad americana, sumergida en un crisis económica que pone en tela de juicio la confianza en el progreso indefinido. La máquina de Stiles, con su posibilidad de mostrar un futuro brillante y esperanzador, es lo que necesita la sociedad de ese momento para deshacerse de esta sensación de fatalidad y trabajar por atrapar el futuro que desea.