El castillo en el cielo

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El castillo en el cielo
Ficha técnica
Título original: Tenkû no shiro Rapyuta
Nacionalidad: Japón
Estreno 1: 2 de agosto de 1986
Duración: 124 min.
Ficha artística
Dirección: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki
Producción: Isao Takahata y otros
Fotografía:
Música: Joe Hisaishi
Reparto: Sin actores
Información suplementaria
Otros datos: Dirección artística:
Toshio Nozaki y Nizou Yamamoto
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Hayao Miyazaki (1986)

a.k.a.: La fortaleza celeste
a.k.a.: Laputa: Un castillo en el cielo

Se trata de una película de animación de estilo steampunk basada vagamente en el relato de Jonathan Swift de Los viajes de Gulliver, en concreto en el viaje a Laputa.

La película:

Nos encontramos en una región industrial, aparentemente en el siglo XIX. La máquina de vapor es el prodigio de aquel tiempo y el hombre empieza a conquistar los cielos mediante dirigibles. En este contexto, primitivos caciques militares, oscuros agentes del gobierno y estrambóticos bandidos buscan la legendaria isla voladora de Laputa.

La adaptación de la historia de Swift:

Miyazaki comete todos los errores más reprobables en una buena adaptación.

Para empezar, tiene el feo detalle de afirmar que Swift realmente visitó Laputa y que “murió de tristeza” cuando nadie creyó en su relato.

En cuanto a la plausibilidad técnica, persisten en utilizar el subterfugio de Swift al afirmar que la isla levita gracias a unas piedras voladoras. Swift indica en su libro que Laputa flota gracias a las propiedades magnéticas del metal adamantio con el que ha sido construida, la mejor plausibilidad técnica que pudo aducir el inglés dados los conocimientos de la época, lo que hace su relato válido.

Sin embargo en esta película ni siquiera se molestan en alegar una relación magnética con el hecho de volar y mezclan en las propiedades de la piedra un batiburrillo de cosas absurdas. Algo muy lamentable, pues no les hubiera costado demasiado imaginar algún proceso avanzado, no conocido en el siglo XIX, pero sí ahora, que permitiese el efecto deseado.

Por último, los diálogos son deplorables y los personajes planos, previsibles y aburridos. La primera media hora es de una ñoñería insufrible, no apta para ninguna mente en pleno desarrollo, como es la de los influenciables niños.

Como ignominia final, especial para con los hispanohablantes, decir que Disney censuró la traducción al español y a la isla se le llama isla de Lapuntu, así como a los personajes que llevan esta palabra incluido en su nombre (los mitológicos descendientes del antiquísimo reino de Lapuntu) se les cambia por el mucho más socialmente correcto de Lapuntug. Una tontería más que delata la mente sucia de estas grises personas.

Resulta un poco triste comprobar que, apenas dos años antes, este mismo director había sido capaz de adaptar su propia obra en la magnífica Nausicaä. De la presente, sin embargo, apenas merecen ser salvados el diseño de los robots centinelas y el final de la historia, un homenaje bastante evidente a Naves misteriosas.

Premios obtenidos: