Ecuación de Drake

De Alt64-wiki, la enciclopedia libre.
Revisión de 10:47 5 sep 2012 por Venom (Discusión | contribuciones) (Ecuación de Drake en la ciencia ficción:)

(dif) ←Older revision | view current revision (dif) | Newer revision→ (dif)
Saltar a: navegación, buscar

En 1961, Frank Drake presentó una ecuación que permite un cálculo probabilístico de cuantas civilizaciones extraterrestres existen en nuestra galaxia con la capacidad de comunicarse por medio de señales de radio, identificando los factores que tendrían una relevancia importante en el desarrollo de tales civilizaciones.

Factores de la ecuación:

Partiendo de la tasa media de formación de estrellas de tipo parecido al Sol (R*), se aplican coeficientes que van reduciendo progresivamente la probabilidad según los siguientes parámetros de cálculo:

  • La fracción de (R*) que pueden presentar planetas en órbitas estables (P)
  • El número de planetas de cada sistema ecológicamente adecuado para la aparición de la vida (ne)
  • La fracción de aquellos planetas en los que realmente se desarrolla la vida (fl)
  • Aquellos en los que surge la inteligencia (fi)
  • Longitud de tiempo (en años si R* es la tasa anual) durante el cual pervive la civilización, o vida media de las especies inteligentes y tecnológicas señaladas (L)


N = R* × P × ne × fl × fi × fc × L


Variabilidad de los resultados y paradoja de Fermi:

La ecuación es aceptada por la comunidad científica en general. El problema reside en que cada científico puede dar su propia aproximación a cada factor, con lo que el resultado puede variar enormemente.

En sus principios, Carl Sagan, un optimista del contacto entre especies, estimaba que existían millones de especies inteligentes tecnológicamente avanzadas en nuestra galaxia.

Isaac Asimov, mucho más comedido, suponía en 530.000 el número de civilizaciones extraterrestres existentes. Dado el tamaño de la galaxia, se deducía por lo tanto que la distancia media entre especies era de 630 millones de años luz.

Tal cantidad de posibles civilizaciones extraterrestres choca enormemente con el hecho de que no hemos detectado ni un sólo indicio indudable de señales de origen inteligente procedentes del espacio. Esto es lo que se ha dado en llamar la paradoja de Fermi.

Algunos autores indican que quizás la causa de no contactar con otras civilizaciones es que a la ecuación de Drake hay que modificarla aún con otros factores. Por ejemplo, una tasa de destrucción de civilizaciones. Bien entendido, esta postulada tasa de destrucción no es otra cosa que la estimación restrictiva del término (L), donde una civilización avanzada tendrían una vida estimada corta debido a que se destruiría con su propia tecnología.

Frederik Pohl, por ejemplo, en su relato Fermi and Frost, sugiere que quizás las civilizaciones tecnológicas estén abocadas a la autodestrucción, como parecía indicar la proliferación de armas atómicas durante la guerra fría.

Finalmente, ni el mismo Sagan siguió sosteniendo la hipótesis del abigarrado universo multicultural de sus inicios. En su serie Cosmos, realizaba una aproximación a todos los factores de la ecuación de Drake, y razonaba extensamente la elección de cada uno de ellos, dando como resultado N = 10; Diez civilizaciones con capacidad de comunicarse por medio de señales de radio en nuestra galaxia.

Eso reduce mucho las posibilidades de un contacto.

Una posible solución:

Término Horquilla de valores Valor más usual (100% = 1)
(R*) Nuevas estrellas al año 1 - 20 7
(P) fracción con planetas en órbitas estables 20% - 60% 0,5
(ne) planetas o satélites habitables en cada sistema 0,005 - 3 2
(fl) fracción en los que se desarrolla la vida 0% - 100% 0,33
(fi) fracción en los que se surge la inteligencia 0% - 100% 0,01
(fc) fracción que desarrolla tecnología de comunicación 0% - 100% 0,01
(L) tiempo medio de vida de las civilizaciones (en años) 10.000 - 100.000 10.000
N Número de civilizaciones inteligentes en la galaxia 0 - 3.600.000 2,31

La hipótesis de la "Tierra rara" se inclina por los valores más restrictivos, asegurando que las condiciones necesarias para la vida son extremadamente complejas y que de hecho la Tierra puede ser el único ejemplo de vida inteligente.

Otros optimistas, por el contrario, suponen que la vida surge allí donde tiene oportunidad, y que una vez que aparece tiende siempre a desarrollar inteligencia y que ésta lleva inevitablemente al progreso tecnológico y cultural, con lo que en la ecuación aparecen resultados de millones de civilizaciones extraterrestres.

Los cálculos conservadores de la columna derecha estiman que puede haber una o dos civilizaciones más en la galaxia, pero eso quizás nunca se llegue a comprobar, pues pueden encontrarse a tal distancia de nosotros que nuestras actuales emisiones tarden millones de años en llegar a su posición.

El contacto:

Pero aunque el número de civilizaciones inteligentes y tecnológicas sea elevado, hay que tener en cuenta que estos vecinos nuestros se tienen que distribuir por el “barrio”, la Vía Láctea, una espiral con un diámetro medio de 100.000 años luz. De forma grosera, nos da una superficie de 31.400.000.000 años luz cuadrados. Según los cálculos más optimistas, una civilización por cada 8700 años luz cuadrados, cien años luz de distancia media entre dos contiguas.

Aún en una galaxia abarrotada de extraterrestres, lo más probables es que nuestras emisiones de radio no hayan llegado hasta ellos todavía. Aún quedaría la incógnita de saber si unas vez que reciban nuestras emisiones sabrán interpretarlas como algo anómalo, un posible intento de comunicación alienígena, sabrán localizar su fuente y transmitir una respuesta.

Con un tiempo medio de respuesta como el estimado (siempre de forma optimista) de doscientos años (100 de ida, 100 de vuelta), no es probable que contactemos con nadie (por radio) antes del siglo XXII.

Ecuación de Drake en la ciencia ficción:

Aunque Frank Drake presentó su ecuación en 1961, cuando Gene Roddenberry ideó su particular universo de Star Trek, en 1966 no debía conocer su existencia (no se molestó en documentarse, como en tantas otras cosas), por lo que decidió crear su propia ecuación, llena de términos sospechosos, algunos de los mismos elevados a la primera potencia (algo ridículo de explicitar).

Otros autores más preocupados por la verosimilitud de su obra mencionan la ecuación, e incluso debaten sobre la misma. La ecuación adquirió gran notoriedad en los años ochenta gracias a la labor de divulgación de Carl Sagan y la impulsión del programa SETI de búsqueda extraterrestre.

El propio Sagan usa la ecuación en su novela Contacto, de 1985, cuya adaptación cinematográfica también la menciona con frecuencia, aunque tomándose ciertas licencias en la interpretación de los resultados que ofrecen la nada despreciable cantidad de varios miles de millones de compañeros de galaxia.

Stanislaw Lem siempre se mostró muy interesado en la exploración de las posibilidades de comunicación con alienígenas una vez producido el encuentro, como en su novela Solaris (1961). Por ello no es extraño que incorporase las ideas del SETI a una de sus novelas posteriores, Fiasco (1986). En ella, la falta de resultados de este organismo son explicados mediante un concepto muy interesante, el de la ventana tecnológica, según la cual el contacto sólo es posible durante un corto intervalo de tiempo, antes de que una determinada civilización alcance un desarrollo tecnológico que ls empuje más allá del camino biológico, tras lo cual renuncie al contacto con culturas que aún permanecen en esta vía.

Así, los científicos humanos, en un programa impulsado por el SETI, escogen deliberadamente un planeta (Quinta, en la constelación de la Arpía) para enviar una expedición encargada del contacto antes de que los quintanos se escapen de la ventana. Aún así, las diferencias culturales harán casi imposible el contacto real. Quinta parece una civilización enloquecida, sin sentido para los humanos, y se niega al establecer un contacto real.

Poco después, el buen reconocedor de oportunidades, Michael Crichton, menciona la ecuación en su novela Esfera, en 1987, dentro del apropiado marco del posible contacto con una civilización extraterrestre.

Muchas otras obras la han mencionado de forma anecdótica, usada como argumento en favor o en contra de la posibilidad de contacto, frecuentemente mal entendida o utilizada de forma interesada.

Artículos relacionados:

Enlaces externos:

Ecuación de Drake

N = (R*) × (P) × (ne) × (fl) × (fi) × (fc) × (L)