Viaje decimocuarto
Viaje decimocuarto | |
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Autor: | Stanislaw Lem |
Otros títulos: | ' |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Podróż czternasta |
Revista o libro: | Dzienniki gwiazdowe |
Editorial: | Iskry |
Fecha | Enero de 1957 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Diarios de las estrellas (1971) |
Otros datos: | |
Saga: | Saga de Ijon Tichy |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | Ficha en Lemopedia |
Notas: | |
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Stanislaw Lem (1957)
Viaje decimocuarto es un relato de Lem publicado originalmente en polaco en 1957, en la primera versión de Diarios de las estrellas.
La trama:
El profesor Tarantoga presta a Tichy Dos años entre curdlos y ochones, de Brizard, memorias de un explorador que narra su estancia en el planeta Enteropia. Tichy queda cautivado por la lectura y decide viajar hasta allí. Antes se informa en la Enciclopedia Cósmica sobre el planeta, cuyo volumen correspondiente a la letra E le presta también Tarantoga. Sin embargo, encuentra poca información, especialmente del significado de la época de Tor o de la naturaleza de las sepulcas, de enorme importancia social.
El relato:
En esta ocasión, el efecto irónico del relato se aparta de la sátira para desarrollar algo más parecido a una comedia de situación, cuyos eventos más o menos embarazosos para Tichy están ocasionados por su desconocimiento de las costumbres arditas, la raza de base siliconada y tecnológicamente avanzada, que habita el planeta.
Un último evento, relacionado con la naturaleza de la época de Tor y con el procedimiento de "reserva" que Tichy hizo nada más llegar al planeta, terminan por espantarle definitivamente, y huye -una vez más- justo antes de entrevistarse con el profesor Zazul, nombre que será mencionado en otro relato posterior.
Se trata, por esto, de un relato más ligero de leer, menos rígido, que deja respirar mejor los acontecimientos chocantes que narra, muchos de ellos no exentos de un agudo ingenio y de buenas dosis de crítica.
Algo muy característico de Lem, el relato empieza por derroteros intrascendentes, poniendo de relieve la realidad del protagonista, que acaba de mandar el cohete a pintar y en el taller le convencen para instalar un cerebro electrónico. Este inteligencia artificial tiene el aspecto de una "pistola de Chejov", un elemento en el que se fuerza la atención del lector y que, por lo tanto, se intuye que cumplirá una función significativa. No es así: todos los prolegómenos iniciales no cumplen otra función narrativa que hacernos comprender la progresiva fascinación de Tichy por la lectura de la obra de Brizard, detonante de la aventura.