Ciudad de concentración
Ciudad de concentración | |
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Autor: | J.G. Ballard |
Otros títulos: | ' |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Build-Up a.k.a. The Concentration City' |
Revista o libro: | New Worlds Science Fiction #56 |
Editorial: | Nova Publications |
Fecha | Enero de 1957 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Bilenio (Antología) Cuentos completos |
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Saga: | |
Premios obtenidos: | |
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Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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J.G. Ballard (1957)
Ciudad de concentración es uno de los primeros relatos de ciencia ficción publicados por Ballard y, aunque todavía se encuentra cercano al estilo de la edad de oro, ya muestra claramente el interés de Ballard por las temáticas que han sido su rasgo distintivo: la deshumanización de la sociedad debido a la proliferación de la tecnología y la inmersión en parajes totalmente artificiales.
Sinopsis:
Franz M. es un estudiante de ingeniería detenido por el cargo de holgazanería que durante el interrogatorio policial revela una idea singular que se la ha ocurrido y que es la causa de su comportamiento durante las últimas semanas: la posibilidad de volar.
Se refiere Franz a la posibilidad de construir un aparato que sustente en vuelo a un ser humano, como si se tratara de un pionero de la aviación. Algo que parece inconcebible para habitantes de un mundo que es en realidad una enorme ciudad con miles de niveles y cuyos límites se desconocen, un sitio en el que el mayor espacio abierto que se puede concebir no alcanza más de unos pocos kilómetros de bloques de edificios que deben ser demolidos.
El relato:
Ballard va desvelando el escenario poco a poco, partiendo de una situación inicial que nos resulta enormemente familiar -un estudiante siendo interrogado en un despacho de policía- para ir aumentando la extrañeza, hasta que el misterio del propio escenario -la gigantesca ciudad- es revelado.
Juega Ballard con la dosificación de la información, en dos sentidos: desde lo que conoce el protagonista y desconoce el lector -al menos al principio- y desde lo que conoce el lector y desconoce el protagonista. Y es que en esta megaciudad del futuro -muy, muy en el futuro- la noción del remoto pasado en el que las ciudades ocupaban unos pocos kilómetros cuadrados, donde pudiera existir espacios abiertos, prados, bosques o selvas, es simplemente impensable. Parte del motor del relato será la búsqueda del protagonista de un espacio abierto y el germen de una segunda idea aún más revolucionaria para la mentalidad de la época en la que vive: que en el pasado, la existencia de estos espacios abiertos podría haber sido una norma.
En el fondo del relato se pueden percibir algunas otras influencias recibidas de ideas de autores de la edad de oro como Isaac Asimov y su ciudad-planeta Trantor, pero también a la posibilidad de la catástrofe cíclica que asola a la humanidad -Anochecer, 1941- o la perversión de roles en la autoridad por el devenir histórico de la sociedad, como los bomberos incendiarios de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury, 1953).