Científico loco

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El científico loco es un personaje estereotipado que aparece a menudo en las obras de ciencia ficción. Como todo estereotipo, ayuda al lector o espectador a identificar claramente al personaje, sin necesidad de perder el tiempo en descripciones. Por otra parte, el estereotipo resta profundidad al personaje, por lo que su uso es más frecuente en obras breves y de argumentos sencillos.

El científico loco es, habitualmente, un hombre mayor vestido con bata blanca. Su laboratorio está repleto de artefactos extraños, siendo frecuentes las bobinas de Tesla o los generadores de Van de Graaff, cuyos rayos y chisporroteos dan un aspecto impresionante al escenario. En las obras de los años '50 y '60 era frecuente que el científico loco tuviera acento alemán; esto se debía a la gran cantidad de científicos que, reclutados de los laboratorios alemanes de la Segunda Guerra Mundial, trabajaron en EE.UU. durante la Guerra Fría.

A diferencia de profesor chiflado, que es un individuo excéntrico que aporta un toque humorístico al argumento, el científico loco es un personaje potencialmente peligroso debido a las posibles consecuencias o amoralidad de sus experimentos.

Por otra parte, aunque muchas de sus invenciones son extremadamente peligrosas, y a pesar de que una de las motivaciones típicas es la venganza contra colegas que se rieron de sus investigaciones ("¿Loco? ¡Esto les enseñará quién es el loco!"), el científico loco no es necesariamente un ser malvado, por lo que no debe ser confundido con el Genio del mal.

Este último es un personaje movido por motivos malvados y de cuyas horribles consecuencias es plenamente consciente. En el caso del científico loco, sin embargo, su objetivo no es el mal, más bien se trata de que su obsesión por el objeto de su estudio le ha hecho olvidar las fronteras de lo ético.

Ejemplos claros de científico loco son el profesor Frankenstein, el doctor Moreau, el profesor Farnsworth, el doctor Strangelove de ¿Teléfono rojo? volamos hacia Moscú o, incluso, el señor Burns de Los Simpson en el especial Halloween de la tercera temporada. Estos personajes han emprendido actos terriblemente peligrosos que han podido traer dolor y sufrimiento a otras personas, pero sus propósitos eran, en ocasiones, incluso bienintencionadas.

Aunque originalmente pretendía ser una crítica a la investigación científica al margen de la ética, hoy en día tiene a menudo una función humorística.