Calavera Lunar

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Calavera Lunar
Datos de publicación:
Título original: Calavera Lunar
Fecha de publicación: 1996-2022
Guión: Albert Monteys
Dibujo/Tinta: Albert Monteys
Color: B/N y Albert Monteys
Editorial: Camaleón Ediciones (1996)
Astiberri (2022)
Otros datos:
Premios obtenidos:
Otros datos: 80 páginas

Albert Monteys (1996-2022)

Calavera Lunar es un cómic de Albert Monteys.

Cronología de publicación:

El personaje fue creado por Monteys en 1996, en su primer trabajo integral como guionista y dibujante, para Camaleón Ediciones, con el objetivo de presentarlo en el Salón de Cómic de Barcelona. Así, esta primera historia, de 20 páginas en blanco y negro, salió en mayo de 1996. Monteys, por entonces, formaba parte del colectivo La Penya, responsables de Mondo Lirondo; y en aquel Salón de Cómic obtuvo precisamente el premio al autor revelación.

Al poco tiempo, Monteys empezó su larga etapa como dibujante en El Jueves y sólo volvió al personaje con una serie de historias cortas posteriores, de 4-5 páginas a color, que se publicaron en la revista BD Banda en 2007.

Finalmente, con motivo del su 25 aniversario, Astiberri editó un tomo recopilatorio en 2022 que incluía una nueva historia, de casi 30 páginas, creada para la ocasión.

Argumento:

Calavera Lunar es un aspirante a héroe futurista con aspecto de esqueleto enfundado en un traje de astronauta. En su primera historia, se enfrenta a unos terroristas extraterrestres, con un éxito más bien relativo, tónica que se repite en las aventuras posteriores.

La obra:

El primer tomo de grapa de Calavera Lunar es todo un clásico del tebeo español, muy elogiado por su capacidad para condensar un género haciendo parodia del mismo sin resultar sarcástico ni hiriente. Aquel primer número (el 237 de la colección) estaba repleto de referencias a situaciones comunes en las aventuras de género, empujándolas hacia el absurdo no por su contenido per se, sino por su aparente desubicación. Resulta sencillo seguir y comprender todo lo que ocurre en la historia porque deliberadamente echa mano de clichés enormemente familiares, exagerados por un lenguaje rimbombante y extrañamente castizo (¡Viva Cristo Rey!). Hay que hacer notar que las 20 páginas de historia no son una mera sucesión de chiste, sino que hay una verdadera narración, perfectamente guiada por un el dibujo claro y limpio de Monteys y una composición de página bastante clásica, deudora de los tebeos de siempre a los que homenajea, pero que también se adapta a la narración secuencial midiendo muy bien los tiempos y los golpes de efecto.

El tomo se completaba con secciones completamente ficticias de cartas de los lectores o reflexiones del redactor, a imitación de esas mismas secciones en los tomos de grapa que entonces se podían encontrar en las grandes publicaciones seriadas. Detalles como estos, con una metarreferencialidad impostada, producen un juego con el lector, que reconoce lo que se le cuenta como una copia de la que se ha perdido y ya no se recuerda el original.

Las historias cortas de 2007 juegan bazas similares, pero con mucha menor profundidad, apostando decididamente por lo absurdo e incluso lo bizarro. de las que quizás merezca especial mención la quinta y última, Las arenas del tiempo, una divertida paradoja temporal.

En la historia final de 2022 se puede volver a disfrutar de una narración compleja, con una trama irónica que sabe emular la sensación de la original, al tiempo que se puede apreciar un uso del color y las viñetas en el que se encuentra el estilo de Monteys tan característico, ya plenamente desarrollado y perfeccionado.

El tomo recopilatorio de Astiberri se complemente con algunas portadas y páginas adicionales en las que el autor cuenta su relación con la obra utilizando para ello, como no podía ser diferente, el propio lenguaje del cómic.

Una obra entrañable e irónica.

Inspiración:

Monteys reconoce tanto en el tomo recopilatorio como en el falso editorial del número original, que la inspiración para el personaje proviene de un muñeco de Airgam Boys que representaba un alien de cabeza de calavera enfundando en un traje de escafandra negro y dorado, no muy diferente al que dibujó. Un juguete difícil de encontrar hoy en día.