Blow Up The Outside World (Soundgarden)

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Blow Up The Outside World (Soundgarden)
Director del vídeoclip: Gerald Casale
Autor de la canción: Soundgarden
Álbum: Down on the Upside
Primera emisión: octubre 1996
Vídeoclip: Videoclip en YouTube
Otros datos:

Gerald Casale (1996)

Blow Up The Outside World es una canción del grupo de rock alternativo Soundgarden, con vídeo musical dirigido por Gerald Casale, bajista del grupo Devo.

Se trata de una canción que tiene resonancias a los Beatles (temas como Across the Universe), con estrofas tranquilas dirigidas por un blues de guitarra y con la voz enmascarada en un efecto de lejanía, reforzando el tono melancólico. En ellas, la letra nos trasmite un mensaje que aparentemente intenta afirmar una posición de resistencia ante l injusticia del mundo:

Nothing seems to kill me no matter how hard I try
Nothing is closing my eyes

Sin embargo, el tono de la voz nos indica que ha habido un proceso doloroso, y algunos detalles ofrecen una lectura oscura, cercana o lo depresivo, como ese "no matter how hard I try" que señala aspectos autodestructivos.

Al llegar al estribillo, la tranquilidad casi anhedónica da paso a una ráfaga de furia, con fuerte guitarra, en la que se termina con la línea principal, "Blow up the outside world".

El vídeo musical utiliza un tema típico de ciencia ficción para ilustrar este estado de ánimo y la terca resistencia, solipsista, del cantante ante las agresiones emocionales del mundo exterior. Desarrollado en dos escenarios simultáneos, al inicio del vídeo encontramos al cantante, Chris Cornell, atado a un aparato similar al que podemos ver en La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971), utilizado para someter a Alex a la terapia de aversión. Y en efecto, el vídeo de Casale se desarrolla a través de este concepto: Cornell, en posición de crucifixión, es expuesto a diferentes imágenes que pretenden ilustrar conceptos fundamentales como amor, madre, padre, patria, amigo, enemigo... Progresivamente, las imágenes asociadas a cada concepto van siendo subvertidas con la clara intención de doblegar la voluntad de Cornell, manipulando su mente. Encontramos aquí un homenaje a El último testigo (The Parallax View, Alan J. Pakula, 1974), de donde han sido extraídas las imágenes, una película sobre conspiraciones políticas.

Simultáneamente, el segundo escenario muestra a la banda tocando en un mundo virtual que se supone que es la proyección psíquica del estado mental del sujeto que está siendo manipulado. Este segundo escenario sirve para que los científicos monitoricen el estado de Cornell y efectividad de la terapia, y narrativamente ilustra la resistencia y sublevación del protagonista que rechaza las imágenes y provoca explosiones en este escenario virtual que poco a poco van demoliendo ese mundo.

El forcejeo mental entre Cornell y los científicos llega al climax final, cuando estos fuerzan la máquina y todo estalla.