Accelerando
| Accelerando | |
|---|---|
| Autor: | Charles Stross |
| Otros títulos: | |
| Datos de primera publicación(1): | |
| Título original: | Accelerando |
| Revista o libro: | Libro independiente |
| Editorial: | Ace Books |
| Fecha | Julio de 2005 |
| Publicación en español: | |
| Publicaciones(2): | Libro independiente |
| Otros datos: | |
| Saga: | |
| Premios obtenidos: | Premio Locus |
| Otros datos: | |
| Fuentes externas: | |
| Tercera Fundación | Ficha |
| ISFDB | Ficha |
| Otras fuentes | |
| Notas: | |
|
| |
Charles Stross (2005)
La novela es, en realidad, un fix-up de otros relatos y novelas cortas publicados entre 2001 y 2004. En concreto:
- Langostas (Lobsters) 2001
- Turista (Tourist) 2002
- Halo (Halo) 2002
- Router (Router) 2002
- Anochecer (Nightfall) 2003
- Comisario (Curator) 2003
- Elector (Elector) 2004
- Superviviente (Survivor) 2004
Algunos de estos relatos han sido finalistas de premios como el Hugo (Langostas y Halo) o el Premio Británico de Ciencia Ficción (Router y Anochecer). Esta estructura de fix-up es sobre todo evidente en la primera parte, centrada en la vida de Manfred Macx
Tabla de contenidos
Las premisas:
La novela narra la transición a la singularidad tecnológica, el punto en el que la capacidad de la tecnología, en especial la informática tiene tal capacidad de disrupción en la sociedad que es imposible hacer cualquier tipo de previsión de futuro.
La primera parte narra la historia de Manfred Macx, un gurú de la tecnología con brillantes ideas de negocio que regala a otros para que éstos las hagan realidad. Él participa de los beneficios de estas ideas indirectametne de forma que, aunque dispone de todo tipo de comodidades, no tiene dinero en efectivo. Manfred es también un humano aumentado, dispone de implantes de memoria externos, así como conexiones de banda ancha que le permiten acceder a información y agentes (inteligencias artificiales) que acaban formando parte de él hasta el punto de que sin ellos se siente torpe y ajeno a sí mismo.
La segunda parte se centra en el viaje de Amber, hija de Manfred, quien se embarca con otros adolescentes como ella en un viaje en una nave espacial que es, en realidad, un potente ordenador en el que viajan las consciencias de sus tripulantes (no viajan sus cuerpos físicos). Este viaje se realiza a un router, un agujero de gusano creado por unos desconocidos extraterrestres con los que quieren entablar contacto.
La tercera parte tiene comienzo en el Sistema Solar tras el regreso de Amber y sus compañeros. La singularidad tecnológica hace tiempo que ha quedado atrás e inteligencias posthumanas se dedican a desmantelar los planetas para construir esferas de Dyson. Amber, junto con su madre, Manfred y otros, trata de sobrevivir en este entorno en el que son meros gusanos frente a las inteligencias que realmente dominan el sistema solar.
La novela:
La novela es irregular. La primera parte es, sin duda, muy recomendable. Las ideas que plantea, los personajes que dibuja en una sociedad tan acelerada que resulta desquiciada, la imposibilidad de las Estados de adaptarse a este cambio por culpa de sus rígidas burocracias... todo ello son ideas muy interesantes con unos personajes que resultan extraños por ser extraño el mundo en el que se mueven pero que, dentro de sus premisas de partida, son coherentes y creíbles.
Sin embargo, a partir de la segunda parte (y en especial en ella) la novela flojea. La segunda parte tiene lugar en entornos simulados, digitales en los que se mueven consciencias humanas digitalizadas que tienen la posibilidad de alterar su forma, la apariencia de su entorno, la física que lo domina, que pueden desdoblarse en múltiples consciencias independientes, que pueden ejecutarse a distintas velocidades de tiempo...
La tercera parte conserva algo de esto, pero tiene lugar básicamente en un entorno físico en el que es posible almacenar digitalmente toda la información de un cuerpo humano y su mente. Es posible crear en horas cuerpos nuevos a los que volcar la consciencia, cuerpos que no tienen por qué ser necesariamente humanos. Además, todos los humanos están aumentados, por lo que sus interacciones, recuerdos o capacidades no están limitadas a sus cuerpos físicos. Así mismo, hay impresoras capaces de crear objetos a partir de materia con un nivel de precisión atómico.
Esto hace que la segunda y tercera partes sufran de algo parecido a una distorsión de la tercera ley de Clarke, en la que se disimula como tecnología avanzada lo que no deja de ser magia: cualquier cosa puede ser creada, cualquier persona (viva, muerta, histórica) puede aparecer donde sea necesario, en la forma que se desee, donde se desee... Así la historia se convierte en una sucesión de acontecimientos imprevisibles para el lector. El autor puede sacarse de la manga cualquier cosa recurriendo al comodín de que "no es magia, sólo una tecnología que no conoces y te lo parece".
Estas segunda y tercera partes abusan también de jerga para referirse a todos estos inventos y situaciones. Así, algunos párrafos acaban siendo confusos, una acumulación de palabras que sólo significan algo en el contexto de la obra para describir situaciones que sólo tienen sentido dentro de la premisa de que todo es posible.
Otro de los problemas de la novela es que se centra en exclusiva en la familia de Manfred. En un escenario en el que hay decenas de miles de millones de personas, cientos de miles de consciencias humanas y, literalmente, billones de consciencias posthumanas, los personajes no llegan a la docena y apenas la mitad de ellos tienen una importancia real. Las grandes discusiones en las que se decide el futuro de las colonias humanas, la huida de la especie humana más allá del Sistema Solar... todo ello acaba siendo debatido en reuniones en las que los únicos que participan están directamente emparentados. No es que narre la historia de una familia en un contexto cambiante, es que es esa familia quien precipita, dirige, decide todo ese cambio. Parece que nadie más entre las decenas de millones de posthumanos, con cuerpos y consciencias cuya capacidad es un orden de magnitud superior, parecen tener nada significativo que aportar, nada que objetar a lo que estos pocos decidan...
Todo esto afecta gravemente a la plausibilidad de una obra que ya había resultado tocada por el hecho de que todo es posible para el autor, sin restricciones de ningún tipo.
En definitiva, una obra que empieza bien, con una primera parte muy interesante, pero que decae en las dos siguientes.
Premios:
Obtenidos:
- 2006: Premio Locus a mejor novela de ciencia ficción
Finalista:
- 2006: Premio Hugo a mejor novela
- 2006: Premio Arthur C. Clarke
- 2006: Premio John W. Campbell Memorial a mejor novela de ciencia ficción
- 2006: Premio Británico de Ciencia Ficción (BSFA) a mejor novela
