¡Los rusos llegan a la Luna!

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¡Los rusos llegan a la Luna!
Datos de publicación:
Título original: Jour J. Les russes sur la Lune!
Fecha de publicación: 2010
Guión: Fred Duval, Jean Pécau
Dibujo/Tinta: Phillipe Buchet
Color: Walter
Editorial: Guy Delcouert
Otros datos:
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos: No hay otros datos

(Fred Duval, Jean Pécau -guión-, 2010)

Se trata del segundo volumen (según la edición española) de El día D, una serie de cómics franceses que plantean distintas ucronías. En concreto, este volumen plantea la posibilidad de que la URSS ganara la carrera espacial y la primera persona en pisar la Luna no fuera Neil Armstrong, sino Valentina Tereshkova.

Las premisas:

La historia comienza el 20 de julio de 1969 con el Apolo 11 descendiendo al mar de la Tranquilidad. Sin embargo, a pocos metros de la superficie, un micrometeoríto atraviesa el LEM causando la muerte de Armstrong y Aldrin. Meses después, el 19 de septiembre Valentina Tereshkova (la primera mujer en el espacio) pisa el mar de la Fecundidad y planta la bandera soviética en nuestro satélite. Furioso, Nixon decide descongelar los planes de una base espacial permanente en la Luna.

La historia se retoma diez años después. Tanto soviéticos como estadounidenses tienen sendas bases lunares. El equilibrio de poderes en plena guerra fría es inestable, pero en la Luna los astronautas viven ajenos a las rivalidades de sus respectivos países, ocultando a sus mandos que mantienen una cordial relación de cooperación.

Sin embargo, algo en las comunicaciones desde la Luna hace sospechar a los dirigentes de cada país y, en el momento en que comienza la historia, tanto la URSS como los Estados Unidos han decidido enviar observadores de patriotismo incuestrionable para informar de qué está pasando realmente.

El cómic:

El cómic está bien documentado, por lo que, aunque comete algunos errores, ninguno de ellos es de bulto y muestra un buen conocimiento de la carrera espacial y de las posibilidades soviéticas, lo que ayuda a aceptar las premisas y hace fluida el resto de la historia.

El dibujo es notable y, aunque algo rígido, más que solvente. Pese a ello, el grueso del peso del cómic reposa sobre el guión. Desgraciadamente se trata de una historia breve, por lo que, aunque la forma en que se engrana la historia de las bases lunares con la rivalidad en plena guerra fría es creíble, no hay apenas espacio para desarrollarlo correctamente, por lo que queda el sabor de haber leído una obra ligera que podía haber dado para más.

Pese a ello, el conjunto del cómic resulta más que aceptable.