The Universal (Blur)
The Universal (Blur) | |
---|---|
Director del vídeoclip: | Jonathan Glazer |
Autor de la canción: | Blur |
Álbum: | The Great Escape |
Primera emisión: | noviembre 1995 |
Vídeoclip: | Videoclip en Vimeo |
Otros datos: | Productora: Bandits |
Jonathan Glazer (1995)
The Universal es una canción del grupo de pop británico Blur, de la cual hizo un videclip Jonathan Glazer.
La primera línea de la canción es una apelación al pacto de ficción de la ciencia ficción, al trasladar la acción a un futuro cercano (el siglo XXI al que hace referencia se encontraba a pocos años vista):
- This is the next century
- Where the universal's free
Nos introduce un rasgo de ficcionalidad típico, sugiriendo ya el tema sobre el que va a especular: el universo es gratis, el universo ha sido vendido, figura que pretende señalar la oculta mercantilización de la realidad.
El vídeo nos presenta a los integrantes de la banda caracterizados como Alex y sus drugos en La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971), vestidos de impecable blanco, sin los típicos bastones y sombreros pero con el ojo derecho de Damon Albarn maquillado como el de Alex. El grupo se encuentra al fondo de un bar, también impolutamente blanco, lo que completa el escenario al sugerirnos que nos encontramos en el Moloko (o Milk Bar) de la película.
En el local se nos muestra a diversos grupos de personas a las que el grupo observa con expresión entre abúlica y sádica.
Las diversas escenas están a veces acompañadas por un pictograma sobre fondo naranja (un nuevo guiño a la película), que ofrece pistas o matices sobre lo que ocurre. Nada más iniciarse el primer travelling con la banda al fondo, por ejemplo, aparece un un sombrero bombín en blanco y unas largas piernas de mujer, confirmando la fuente visual de la que bebe la obra.
Hay un fuerte simbolismo en todas las secuencias:
En un grupo, una atractiva mujer entretiene a un grupo de hombres y es objeto de sus atenciones. Por la actitud de los hombres, podemos entender que hay un interés sexual y que ella está aprovechándose de este interés para hacerse con su atención. Sin embargo, la escena resulta excesiva; la actitud de los hombres, atosigante, repelente. Cuando la mujer, aparentemente feliz, cruza la mirada con Albarn, su expresión cambia, indicando que el cantante (observador y juez) ha reconocido su juego, su fachada, su vacío. Aparece el pictograma de unas esposas, sugiriendo que en realidad la mujer no es libre como aparenta.
En otro sofá, dos amigos charlan y ríen. Ambos se parecen físicamente, uno de ellos lleva un alzacuellos y la mesa a la que están sentados contiene numerosos copas de coctel vacías. Aparece el primer icono, un feto dentro de una copa de cóctel. En un momento dado, el cura cuenta algo al oído de su compañero, que se queda conmocionado. Más tarde, otro pictograma muestra a un hombre siendo atraído por un imán, una posible alusión homosexual. Al final del video, en el fondo, se puede observar cómo el sacerdote intenta besar a su compañero.
En otra escena, un hombre recibe la atención de dos mujeres en actitudes procaces, los tres se divierten. En un momento dado, la actitud del hombre cambia súbitamente, como si acaba de darse cuenta de algo.
Dos ancianos vestidos de manera idéntica, con gafas de natación, ven todo distorsionado y teñido de rojo. Uno comenta que eso no puede ser el cielo.
Mientras tanto, en el exterior, un grupo de gente normal se va reuniendo en torno a un altavoz, atendiendo al mensaje de la canción:
- No one here is alone, satellites in every home
- Yes the universal's here, here for everyone
- Every paper that you read
- Says tomorrow is your lucky day
- Well, here's your lucky day
Así pues, la canción en sí misma está realmente conectada al tema del videoclip y de la película: la alineación del individuo en el mundo moderno, la ironía de que, en medio de una tecnología diseñada para comunicarse, el ser humano pueda llegar a sentirse aislado, incomprendido. Sus deseos constreñidos le esclavizan secretamente: el sexo, los convencionalismos o el éxito social, se transforman en frustración.
Esta crítica a la sociedad consigue superar la barrera estética que supone la película de Kubrick, para no focalizarse en la ultra-violencia, que en el libro. de Anthony Burgess era el medio para una denuncia.
Música e imágenes engarzan a la perfección, y los arreglos de trompeta llevan el sentimiento muy adecuadamente, desde las escenas de solo, que reflejan distanciamiento y soledad, a los potentes coros finales, que elevan el tono épico sin deshacerse d eun poso de tristeza que incide en al falsedad de las apariencias.
Excelente canción y vídeo musical.