Rayo de microondas
El rayo de microondas, como su propio nombre indica, es una emisión de microondas utilizada con fines agresivos, normalmente no letal, con objeto de producir dolor en la víctima. Por esto suele ser llamado también rayo del dolor.
Active Denial System (ADS):
El Active Denial System es un arma no letal desarrollada por el gobierno estadounidense que fue ensayada por primera vez en enero de 2007. Emite una onda electromagnética a una frecuencia de 95 Giga hercios, con una longitud de onda de unos pocos milímetros. Básicamente, es un microondas dirigido a controlar multitudes violentas.
Los hornos microondas convencionales funcionan a una frecuencia de 2,45 Ghz, penetran en la materia a la que irradian y excitan las moléculas de agua que contiene, calentándolas.
Este rayo del dolor funciona de manera similar, calentando las moléculas de agua de la piel. Su alta frecuencia va dirigida a que la onda no penetre más allá de cuatro décimas de milímetro en la epidermis, hasta la zona donde se encuentran situados los receptores nerviosos, con lo que se supone que se evita cualquier tipo de lesión permanente.
La sensación producida es la de una fuerte quemadura en al piel, un intenso dolor que cesa inmediatamente al salir de la influencia del rayo. La mezcla de dolor y pánico a la quemadura que produce en la víctima incita a la huida, lo que se ha dado en llamar el "efecto adiós".
No letal, pero peligrosa:
Si bien el rayo de microondas, en estos términos, se puede considerar una tecnología no letal, no es sin embargo completamente inocuo.
Los propios experimentos con cobayas humanas dieron casos excepcionales de sujetos con quemaduras de segundo grado. Además, estas pruebas se realizaron evitando que los voluntarios portasen objetos metálicos o lentes de contacto, objetos que se sospechaba que podían producir lesiones por calor.
Rayos microondas en la ciencia ficción:
Los rayos microondas han sido un tipo de rayo calorífico bastante utilizado en la ciencia ficción temprana. Si bien, al tratarse de un rayo invisible, sus efectos frecuentemente han podido ser confundidos con los del máser.
El máser, aunque puede calentar objetos, como cualquier otra radiación, no trabaja en longitudes y frecuencias ideadas para calentar las moléculas de agua, por lo que no es un rayo calórico propiamente dicho, sino un rayo destructor.
