Diferencia entre revisiones de «V de vendetta (Cómic)»
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Revisión de 13:13 7 dic 2007
Alan Moore y David Lloyd (1982 - 1988).
La acción y sobre todo la ambientación difieren un poco de su reciente adaptación al cine en 2005.
La acción tiene lugar en un futuro distópico. Tras una hecatombe nuclear que ha arrasado el resto del planeta, Inglaterra es el único país que milagrosamente ha quedado relativamente indemne. No ha sido bombardeado directamente, aunque ha sufrido los efectos de la nube radiactiva. Pero más importante que esto es que han sido eliminados los lazos comerciales, lo que supone grandes reconversiones económicas y sociales.
Los ciudadanos, atemorizados por el desastre, ceden gran parte de sus libertades individuales a un gobierno fuerte que reestructure el pais e imponga un orden necesario para sobrevivir.
Alan Moore desarrolla el tópico de que el poder corrompe y nos muestra ya desarrollada una sociedad que ha cedido excesivamente en favor del orden y la seguridad alienante.
A diferencia de la película, el Lider original es un hombre de fuertes valores sociales que se ve a sí mismo como un funcionario que lleva a cabo una labor poco agradecida pero necesaria. Inglaterra debe sobrevivir pese a los ingleses. Si debe ser castigado no es por su corrupción moral, sino por haber relativizado libertades fundamentales del individuo, por su responsabilidad en crímenes no excusable en el hipotético bien común.
Las otras grandes figuras del régimen, por contra, son hombres carentes de escrúpulos que piensan en el benficio propio y que se sirven de la situación para medrar aún a costa de los demás.
Con estas coordenadas, en medio de una enorme presión policial que recuerda a 1984 de George Orwell, una figura misteriosa surge y se enfrenta al gobierno mediante el terrorismo.
Las características con las que Alan Moore dota a su personaje "V" son realmente superhumanas. Controla y prevé absolutamete cada acontecimiento que se va a dar, merced a una planificación minuciosa. Su capacidad de logística sobrepasa también a cualquer personaje de comic anterior, incluido el propio Batman. Y todo ello partiendo de la nada.
La moralidad, y más que eso, la cordura de "V" se ve cuestionada también debido a sus métodos. Paradigmáticamente, en sus ataques terroristas nunca hay víctimas e incluso salva inocentes antes que sumarlos a la cuenta de los daños colaterales. Pero como no puede ser de otra manera en un personaje tan tremendamente inteligente y calculador, su carrera de destrucción ha de finalizar con la propia muerte y redención mesiánica del resto del sociedad.
"V" terminará sacrificándose a sí mismo para darnos ejemplo de cómo ser libres, para legarnos el relevo de su lucha y erradicar con su muerte el último vestigio de una sociedad injusta.
Este mesianismo está bien adaptado en la película, que es así mismo una buena actualización del resto de los conceptos. "V" no es nadie real y por eso sólo puede ser identificado con una máscara, es un avatar, la personificación de un ideal de libertad latente en una asociedad oprimida.
La idea, pese a haber sido magnificamente materializada por Moore, no es original suya: podemos encontrar en el personaje rastros de otros justicieros y adalides de la libertad de peculiar sentido de la ironía, sobre todo en las novelas de capa y espada (Scaramouche, La pinpinela escarlata...) e incluso en otras obras de ciencia ficción anteriores al comic, como el bufón de ¡Arrepiéntete, Arlequín! dijo el señor Tic-Tac, de Harlan Ellison.
En este sentido, la obra de Moore es una lúcida y entretenida actualización del concepto.