Diferencia entre revisiones de «El despertar de la Fuerza»
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− | La opción del equipo de producción y dirección parece clara: La película es casi un ''remake'' de ''[[La guerra de las galaxias]]'' (George Lucas, 1977), con gran parte de ''[[El Imperio contraataca]]'' (Irvin Kershner, 1980) y prescinde de toda referencia a la segunda trilogía (episodios I, II y III). En esencia, se dedica a relanzar los acontecimientos de la trilogía original (episodios IV, V y VI) para volver a crear una situación de lucha entre buenos y malos, con personajes [[Estereotipos|estereotipados]] que, aunque funcionan bien, no aportan profundidad alguna a la trama. En este sentido el esquema no sólo es similar en el desarrollo de la trama, sino en las reacciones y motivaciones de los personajes, que establecen fuertes amistades y lealtades a ideales y personas con las que acaban de entrar en relación. | + | La opción del equipo de producción y dirección parece clara: La película es casi un ''remake'' de ''[[La guerra de las galaxias]]'' ([[George Lucas]], 1977), con gran parte de ''[[El Imperio contraataca]]'' (Irvin Kershner, 1980) y prescinde de toda referencia a la segunda trilogía (episodios I, II y III). En esencia, se dedica a relanzar los acontecimientos de la trilogía original (episodios IV, V y VI) para volver a crear una situación de lucha entre buenos y malos, con personajes [[Estereotipos|estereotipados]] que, aunque funcionan bien, no aportan profundidad alguna a la trama. En este sentido el esquema no sólo es similar en el desarrollo de la trama, sino en las reacciones y motivaciones de los personajes, que establecen fuertes amistades y lealtades a ideales y personas con las que acaban de entrar en relación. |
El juego de la película es inteligente. Por una parte elimina el gobierno de la segunda República creando una situación de borrón y cuenta nueva con respecto a la trilogía original en lo que a la trama general se refiere. Por otra, lanza guiños a los seguidores de la trilogía original, desde la aparición del ''[[Halcón Milenario]]'' y su [[El ajedrez en la ciencia ficción|ajedrez]] a AT-AT caídos en el desierto. En definitiva, todo el escenario se beneficia de lo ya construido en la trilogía original (episodios IV, V y VI), enriqueciendo el contexto para los conocedores de la misma y entrando en el juego de la autorreferencialidad pero -y esto es importante- sin suponer una carga excesiva para quienes éste sea su primer contacto con la saga. | El juego de la película es inteligente. Por una parte elimina el gobierno de la segunda República creando una situación de borrón y cuenta nueva con respecto a la trilogía original en lo que a la trama general se refiere. Por otra, lanza guiños a los seguidores de la trilogía original, desde la aparición del ''[[Halcón Milenario]]'' y su [[El ajedrez en la ciencia ficción|ajedrez]] a AT-AT caídos en el desierto. En definitiva, todo el escenario se beneficia de lo ya construido en la trilogía original (episodios IV, V y VI), enriqueciendo el contexto para los conocedores de la misma y entrando en el juego de la autorreferencialidad pero -y esto es importante- sin suponer una carga excesiva para quienes éste sea su primer contacto con la saga. |
Revisión de 12:23 27 jul 2016
El despertar de la Fuerza | |
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Ficha técnica | |
Título original: | The Force Awakens |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | 14 de diciembre de 2015 |
Duración: | 135 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | J.J. Abrams |
Guión: | Lawrence Kasdan, J.J. Abrams, Michael Arndt |
Producción: | J.J. Abrams, Bryan Burk, Kathleen Kennedy |
Fotografía: | Daniel Mindel |
Música: | John Williams |
Reparto: | Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Carrie Fisher, Oscar Isaac, Adam Driver, Domhnall Gleeson, Max von Sydow, Gwendoline Christie, Lupita Nyong'o, Andy Serkis, Anthony Daniels, Mark Hamill, Peter Mayhew, Greg Grunberg, Kenny Baker, Simon Pegg, Katie Jarvis, Christina Chong, Miltos Yerolemou, Thomas Brodie-Sangster, Ken Leung, Harriet Walter, Iko Uwais, Yayan Ruhian, Warwick Davis, Jessica Henwick, Daniel Craig, Billie Lourd, Judah Friedlander |
Información suplementaria | |
Otros datos: | |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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J.J. Abrams (2015)
El despertar de la fuerza es la séptima película estrenada de la saga de Star Wars, siendo el episodio VII de la saga. En la cronología interna de la saga sucede a El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983).
Tabla de contenidos
Las premisas:
La película comienza, como todas las de la saga, con la breve frase "Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana", la banda sonora de John Williams y un texto que sube en perspectiva y que nos sitúa en el escenario de la acción.
En esta ocasión nos encontramos con que, a pesar de su espectacular victoria contra el Imperio, apenas treinta años han bastado al gobierno de la nueva República para encontrarse de nuevo en inferioridad de condiciones y tener que luchar como Resistencia contra la Primera Orden, un grupo que sigue los pasos del Imperio y que amenaza con destruir el gobierno de la República. Además, Luke Skywalker ha desaparecido y todos parecen afanarse en encontrarlo.
Tras esta breve puesta en contexto, la película comienza con lo que parece un remedo de la película original: acorralado en un planeta desértico (Jakku, en esta ocasión), un miembro de la Resistencia, el piloto Poe Dameron, se ve obligado a entregar un valioso plano a la custodia de un robot (BB 8, muy similar a R2D2) quien acabará encontrando a una muchacha, Rey, que decidirá custodiar el robot y ayudarlo a salir de Jakku ayudada por Finn, un soldado de las tropas de asalto que ha desertado.
La película:
Tras la gran decepción que la segunda trilogía (episodios I, II y III) supuso para los seguidores de la saga, J.J. Abrams tenía la complicada responsabilidad de relanzar la historia hacia el futuro, recuperando el sentido de la aventura y de la maravilla que caracterizó a la primera trilogía, respetando su legado pero tratando de proponer un remplazo generacional a aquellos personajes.
Continuidad estética y conceptual:
La opción del equipo de producción y dirección parece clara: La película es casi un remake de La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977), con gran parte de El Imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) y prescinde de toda referencia a la segunda trilogía (episodios I, II y III). En esencia, se dedica a relanzar los acontecimientos de la trilogía original (episodios IV, V y VI) para volver a crear una situación de lucha entre buenos y malos, con personajes estereotipados que, aunque funcionan bien, no aportan profundidad alguna a la trama. En este sentido el esquema no sólo es similar en el desarrollo de la trama, sino en las reacciones y motivaciones de los personajes, que establecen fuertes amistades y lealtades a ideales y personas con las que acaban de entrar en relación.
El juego de la película es inteligente. Por una parte elimina el gobierno de la segunda República creando una situación de borrón y cuenta nueva con respecto a la trilogía original en lo que a la trama general se refiere. Por otra, lanza guiños a los seguidores de la trilogía original, desde la aparición del Halcón Milenario y su ajedrez a AT-AT caídos en el desierto. En definitiva, todo el escenario se beneficia de lo ya construido en la trilogía original (episodios IV, V y VI), enriqueciendo el contexto para los conocedores de la misma y entrando en el juego de la autorreferencialidad pero -y esto es importante- sin suponer una carga excesiva para quienes éste sea su primer contacto con la saga.
Estos elementos muestran una continuidad estética respecto a las películas de la trilogía original, aportando pocos diseños novedosos (el más significativo es el droide BB 8). Así, podemos ver los mismos destructores imperiales, o TIE fighters y X-Wings apenas modificados. Esto, que en principio no es malo, sí tiene algún efecto chocante, como la puesta en juego de una nueva mega arma, el Starkiller, sospechosamente parecida a la Estrella de la Muerte.
Un elemento visual destacable es aquellos planos en los que se equipara visualmente a la Primera Orden (heredera del Imperio) con la Alemania nazi. El paso dado es sencillo y casi obvio. De hecho, los uniformes nazis ya fueron tomados como modelo para los uniformes de los oficiales imperiales. Y es que tanto el imperio original de Lucas como la escenografía nazi tenían semejanzas porque bebían de la misma fuente: el imperio romano. Abrams decide dar un paso más de forma que los ejércitos y discursos de Hitler son directamente la base estética de los herederos del imperio.
En general, aunque falto de novedades, el aspecto visual y la realización de la película son, como en todas las de la saga, impecables y espectaculares.
Los personajes:
Quizá uno de los mayores lastres de la saga en su conjunto, y por lo tanto también de esta película, sea el excesivo protagonismo de las relaciones familiares y de amistad de los personajes originales. Este defecto se gestó en la trilogía original cuando, en El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) se emparenta a Luke Skywalker con Darth Vader y, en El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983) a ambos con la princesa Leia.
Existe además abundante material, especialmente novelas y cómics, que ahondan en la visión de esta saga galáctica como una saga familiar, la de los Skywalker, y personajes como Ben Solo o Rey han sido tomados de estas obras.
Esta nueva entrega parte de este marco y debe dar continuidad a lo narrado en películas anteriores, pero transmite la sensación de que la galaxia puede ser muy, muy lejana, pero no muy grande, ya que uno no puede entablar una nueva amistad que no sea amigo o familiar de los Skywalker. Esto pone en peligro el intento de plantear una trilogía autocontenida, ya que no sólo comparte universo con la anterior, sino que aquella se convierte en marco de referencia necesario.
Sin embargo, hay que reconocer que Abrams ha proporcionado los materiales para un interesante relevo de personajes. Por primera vez en mucho tiempo existe un personaje femenino protagonista, Rey, de carácter fuerte e independiente. Todo su pasado es un misterio y si bien lo poco que sabemos de ella hace enarcar una ceja en gesto de incredulidad -algo malo para el pacto de ficción- las posibilidades poéticas y narrativas de este pasado resultan muy atractivas.
Algo similar ocurre con Finn, cuyo pasado es igual de oscuro que el de su partenaire. Soldado desertor pese a su condicionamiento, su desarrollo en la presente película ha sido muy escaso, pero su presencia en pantalla esta llena de vigor y emocionalidad, todo un aliciente tras tantas entregas de interpretaciones frías y ausentes.
El tercer baluarte del recambio de actores es el antagonista principal Kylo Ren, un personaje que ha nacido con multitud de matices y que representa mucho mejor que Anakin Skywalker (en los episodios I, II y III) el conflicto interno que puede llevar a un Jedi a caer en el Lado Oscuro.
Sin duda, la mayoría de los seguidores de la saga esperaban encontrar un malo a la altura de Darth Vader, pero aquí, por suerte o por inteligencia, Abrams parece haber visto la trampa que esto representaba. Vader es un icono difícil de igualar y que, además, pertenece a un estilo de villano propio de otra época más pop y maniqueista; cualquier emulación del mismo estaba destinada a ser un fracaso. Por contra, Kylo resulta un antagonista inmaduro, arrogante, irascible, que aspira a ser el heredero de Vader y que teme, con razón, no estar a la altura.
Por otra lado, su estética es magnífica, y deja muy atrás a la larga colección de mediocres antagonistas que vinieron después de Vader, incluido al propio Emperador. Con enorme ingenio, el guión consigue traer a Vader de vuelta a la pantalla, acudiendo a su iconografía, y el juego con las máscaras y los ropajes oscuros resulta en escenografías magistrales. La nueva espada de luz es un resumen perfecto de esta iconografía: de aspecto flamígero, evoca el furor; su guarda en cruz nos retrotrae a los caballeros medievales (abandonando la estética oriental). Toda la figura de Kylo, alargada, oscura, de brillante yelmo, evoca a los monjes guerreros europeos y a su fervor y locura religiosa. Kylo, como una reliquia, guarda el casco de Vader y, como si rezara, en recogimiento, habla con él.
En definitiva, esta película planta una semilla prometedora, pero es más lo que se intuye que lo que realmente queda plasmado en pantalla, por lo que todos estos personajes sugerentes pueden quedar fácilmente malogrados en las siguientes entregas.
Una obra en tres actos:
Y es que el principal defecto de esta película se localiza en sus carencias a la hora de ofrecer una historia independiente y completa. A pesar de las dos horas y cuarto de metraje, Abrams falla a la hora de ofrecer un principio-nudo-desenlace coherente. Centrado en recuperar el espíritu de la franquicia, el tiempo se va en la continua presentación de nuevos personajes (muchos más aparte de los mencionados) y el decoroso tratamiento de los antiguos. El director cumple estos objetivos de manera sobresaliente, pero descuida la historia; algo, por otra parte, que nunca ha sido su fuerte.
Así, mientras que el motor de la historia en un principio parece ser la búsqueda de Luke Skywalker, Abrams equivoca el McGuffin a medio camino y se saca de la manga el Starkiller, repitiendo cansinamente un patrón demasiado visto, carente de tensión y repleto de agujeros argumentales que ponen en guardia al espectador.
El propósito de recurrir a esta trama improvisada es proporcionar un desenlace al episodio que de cierta sensación de completitud. Sin embargo, este final resulta vacío y grandilocuente. Y esto es porque la historia que se nos estaba contando no versaba sobre el Starkiller sino sobre el paradero de Luke, el despertar de un nuevo Jedi y el destino de los nuevos y viejos personajes. El auténtico final es el que sella el destino del pequeño comando formado por Han Solo, Rey, Finn y Chewbacca, que se enfrentará a Kylo Ren, poniendo cada pieza en su sitio para la siguiente entrega.
Porque resulta claro que este sólo ha sido el primer acto de una historia que apenas se ha empezado a narrar, sólo ha sido el planteamiento de personajes y conflictos que aún tendrán que ser desarrollados adecuadamente.
Conclusión:
Hay que reconocer que la película, aunque previsible y basada en estereotipos, y a pesar de apelar al recurso fácil de la nostalgia de la trilogía original, tiene una realización espectacular, es amena y está narrada con un ritmo trepidante que no da momento al espectador para sentirse aburrido. Se trata, pues, de un producto de entretenimiento convencional pero muy bien ejecutado.
Por otra parte, su factura deja claro que se trata de tan sólo el primer acto, de planteamiento, de una obra mayor. Como tal, resulta bastante sugerente y prometedor, pero su auténtica valía queda a expensas de lo que se haga en los siguientes actos de esta trilogía.
Premios:
Finalista:
- 2016: Oscar a mejor montaje
- 2016: Oscar a mejores efectos visuales
- 2016: Oscar a mejor edición de sonido
- 2016: Oscar a mejor mezcla de sonido
- 2016: Oscar a mejor banda sonora
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Otras películas y spin offs: |
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(1): Sucede entre los episodios II y III. (2): Sucede entre los episodios III y IV. (3): Sucede entre los episodios V y VI. (4):Sucede entre los episodios VI y VII. | ||||