Diferencia entre revisiones de «FreakAngels»

Última revisión de 18:47 29 nov 2012

Warren Ellis, Paul Duffield (2008 - 2011)

Las premisas:

El escenario del cómic es un Londres postapocalíptico. Las aguas han inundado la ciudad y extrañas distorsiones temporales la hacen difícilmente accesible al resto del mundo. En Whitechapel un grupo de once jóvenes (los FreakAngels ) trata de mantener una comunidad en la que sobrevivir produciendo agua dulce, alimentos y protegiéndose de las bandas de asaltantes que todavía pululan por la ciudad.

La historia comienza con la llegada de una muchacha, Alice, que tiene la intención de asesinar a los FreakAngels. Durante su detención sabemos que los FreakAngels tienen poderes psíquicos y que además de los once que viven en Whitechapel hay un duodécimo (Mark), exiliado por haber tratado de usar sus poderes para dominar a las personas normales y hacer de ellas un ejército propio.

Alice es "curada" (había sido manipulada mentalmente por Mark) y, a través de ella, así como de determinados flashbacks, vemos completar y desarrollarse el resto de la historia. Sabremos así que el acontecimiento que arrasó Londres fue causado por los FreakAngels (entonces unos adolescentes problemáticos) y que algo extraño está sucediendo, una trama aparentemente tejida por Mark con Whitechapel por objetivo, pero también algo más extraño que sucede al tiempo que sus poderes maduran y se incrementan.

La historia y los personajes:

Aunque habría sido fácil caer en la tentación de realizar un producto juvenil, en el que el lector adolescente se identificara con unos personajes complejos e incomprendidos (como todo adolescente se siente), la historia de FreakAngels pretende ser algo más profunda, si bien no siempre logra su objetivo.

El eje de la historia es más la forma en la que cada FreakAngel ha aceptado (o no) su propio poder. Algunos tratan de ignorarlo o se valen de él para obtener placeres simples (como el cultivo de fresas, un manjar casi extinto en ese futuro), otros lo exploran o se ven sobrepasados y carecen del autocontrol necesario para hacer un uso responsable, cayendo en actos reprobables...

En el fondo esta idea de responsabilidad está muy presente en todo el cómic. La misma comunidad de Whitechapel se plantea como un juguete infantil, un intento fácil y pueril de construir una sociedad en mitad del desastre pero cuyo desarrollo se ha dejado a medias: cuando ha requerido un esfuerzo mayor cada FreakAngel se ha limitado encerrarse en sus habilidades en vez de desarrollarlas todos ellos de forma conjunta. La misma incapacidad de hacer frente a la realidad de madurar y establecerse es planteada de forma explícita.

Sin embargo, este objetivo sólo engrana con el flujo narrativo a partir del cuarto y quinto volumen de la serie, cuando ya han transcurrido casi dos tercios de la misma. Durante los primeros volúmenes el guión no puede evitar seguir un esquema tradicionalmente adolescente. Se nos introduce a cada uno de estos doce personajes y sus habilidades/personalidades, y se trata así de crear un marco psicológico para una historia que de otra manera sería demasiado simplista. Pero este exceso de personajes hace que el recurso se alargue innecesariamente y la necesidad de diferenciar a los protagonistas los empuja hacia clichés fácilmente reconocibles.

Por contraste, los dos últimos tomos, de narración algo apresurada, dan verdadero sentido a todo lo anterior, haciendo que, en su conjunto, la obra merezca la pena, pese a que se encamine hacia un tipo de final previsible.

En definitiva, sobran personajes (existen varias evidentes duplicaciones de roles) lo que lastra la narración en su inicio y punto medio y se desaprovecha el interesante escenario de un Londres inundado.

El dibujo:

Las páginas del cómic (inicialmente pensado para ser leído por Internet en la pantalla de un ordenador, con las limitaciones que esto conlleva) tienen una estructura simple: cuatro viñetas y, ocasionalmente, viñetas dobles o una única viñeta a página completa. Composiciones más complejas son muy raras (apenas un par de páginas de tres viñetas que mantienen una estructura similar a las de cuatro).

El dibujo es bueno en el diseño de figuras, escenarios y paisajes, pero muy pobre en la creación de rostros. El coloreado por ordenador así como algunos efectos de tratamiento digital de la imagen son solventes y en ocasiones muy meritorios (reflejos, degradados, sombreados...). Las viñetas centradas en la imagen de una Londres devastada son más que notables.

Sin embargo, de alguna forma los rostros y gestos de los personajes no parecen transmitir fuerza en momentos de tensión o violencia. La gestualidad y expresión de las viñetas "sosegadas" no es correspondida con algo semejante en estas otras situaciones. Las primeras páginas producen un auténtico sobresalto por el contrate entre el detalle y realismo de ropas o edificios y el simplismo en la delineación de las expresiones, que parece torpe en comparación: rasgos poco proporcionales que no parecen cumplir funciones caricaturescas o hieratismos y colores planos que evaden la personalidad.

¿Steampunk?:

El cómic se ha presentado como steampunk, aunque parece una catalogación forzada. Es cierto que se menciona un camión a vapor, así como un helicóptero a vapor. Sin embargo, por la época en la que está ambientada (principios del siglo XXI, con menciones expresas a un siglo XX no alterado) difícilmente podría ser catalogada como tal.

Más aún, la estética del cómic (más allá de las primeras viñetas en las que aparece el famoso helicóptero a vapor pilotado por una jovenzuela con corsé) no recuerda en absoluto a la estética steampunk, verdadero rasgo distintivo del género.

Enlace externo:

Sitio oficial del cómic.

Premios:

Obtenidos:

• 2010: Premio Eagle a cómic basado en web
• 2012: Premio Eagle a cómic basado en web

Finalista:

• 2010: Premio British Fantasy a mejor cómic o novela gráfica