Páginas centrales: Limitaciones de la ingeniería.

En la contraportada se puede ver una foto del Tower Bridge en Londres.

En 1876 se sacó a concurso público el diseño de la nueva vía de cruce sobre el Támesis que debía dar solución al creciente atasco circulatorio en la zona. El gran problema consistía en cómo construir un puente río abajo del Puente de Londres sin interferir con las actividades del tráfico fluvial. Hasta 1884 no se planteó el proyecto del Tower Bridge como solución y se necesitaron 8 años, 5 contratistas principales y 432 obreros para construirlo.

Aunque la necesidad de un paso sobre el río era evidente desde muchos años antes de su construcción, ésta no fue posible hasta que la potencia de las máquinas de vapor permitió elevar el tablero de un puente basculante de semejantes dimensiones.

La ingeniería no sólo trata de obtener soluciones óptimas a problemas concretos, sino que debe adaptarse a las técnicas existentes en cada momento. En este caso, el proyecto llegó incluso a retrasarse ocho años hasta que se desarrolló la tecnología necesaria para su puesta en práctica..

En la foto se observan también las catenarias que sostienen el tablero a ambos lados de las torres que delimitan el vano central (el tramo del puente que podía elevarse para dar paso a los barcos que transitaban por el Támesis).

Dichas catenarias no están formadas por cables trenzados de acero, tal y como se construyen hoy en día los puentes suspendidos, sino que están formadas por vigas rígidas artículadas en sus extremos.

La razón de esta solución constructiva estriba en la mala calidad del acero disponible en aquella época.

A finales del siglo XIX las técnicas de fabricación industrial de acero daban un producto con un alto índice de carbono, lo cual lo hacía quebradizo. Es decir, el acero podía ser laminado para obtener vigas de cierta longitud, pero alambres de sección circular se romperían al trenzarlos.

Es otro de ejemplo de cómo la ingeniería debe plegarse a las posibilidades técnicas de cada época.

En este caso, aunque los ingenieros conocían la forma adecuada que debería tener la estructura, no podían ejecutarla mediante cables y tuvieron que recurrir al empleo de vigas articuladas.

La potencia de las máquinas y la calidad de los materiales no son los únicos límites a los que se enfrenta la ingeniería. Frecuentemente, la principal limitación no suele ser tanto técnica como económica.

Con frecuencia la óptima solución técnica a un problema se puede calcular, diseñar y ejecutar con los materiales y procedimientos existentes, pero resulta demasiado cara.

En estos casos se recurre a otra solución más barata que cumpla, sin embargo, con los requerimientos mínimos del proyecto.

Cuando no hay solución barata posible y es imposible afrontar los costes de ejecución que supone, la obra se retrasa hasta que los procedimientos constructivos, que ya existen pero son muy caros, se abaratan.

 

 

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