Salud: Deficiente planificación preventiva en la construcción.

La escasa y deficiente planificación preventiva se ha planteado como una de las causas que originan mayor número de accidentes en el sector de la construcción. Ya en el año 1991, el informe elaborado por Philip Lorent establecía que más del 70% de los accidentes sufridos por trabajadores de la construcción se debían a fallos de proyecto.

También el INSHT en diferentes Informes anuales obtiene entre sus conclusiones más importantes que la siniestralidad del sector parece arraigarse en una deficiente organización del trabajo materializada en la ausencia o inadecuación de los métodos de trabajo, instrucciones confusas, deficiencias en el sistema de comunicación, interferencia entre puestos de trabajo y falta de formación profesional.

Analizamos a continuación las razones de esta deficiencia.

La PRL establece que la primera actividad preventiva a realizar será la evaluación inicial de los riesgos que se revisará y actualizará siempre que cambien las condiciones de trabajo.

En las obras de construcción el cambio de las condiciones de trabajo es continuo. La aplicación de lo dispuesto debe suponer, para este sector, la obligatoriedad de realizar una evaluación periódica de los riesgos existentes en cada momento y lugar.

Por otra parte, el Real Decreto 1627/97 sobre Disposiciones mínimas en materia de seguridad y salud en las obras de construcción, establece que el Plan de Seguridad y Salud constituye el instrumento básico de ordenación de las actividades de identificación y, en su caso, de evaluación de riesgos. Además, este documento debe recoger igualmente la planificación preventiva posterior.

Ahora bien, esta evaluación de riesgos y planificación posterior se realiza, en general, sin la formación e información necesaria.

La planificación preventiva de la obra, esto es, el Plan de Seguridad, se realiza por el constructor (a quién la normativa no exige formación en seguridad) con base en el Estudio de Seguridad realizado por un profesional (a quién tampoco la normativa le exige formación en seguridad).

Además, la Evaluación de Riesgos que debe figurar en el Plan de Seguridad y Salud de la obra, no deja de ser un "proceso de adivinación" ya que, en muchos casos, el contratista responsable de elaborar el Plan, no conoce a todas las personas que van a desarrollar su trabajo en la obra ni las circunstancias de su entorno.

Mención especial merece la obligación para el empresario de consultar y permitir la participación de los trabajadores sobre aquellas cuestiones que afecten a la seguridad y la salud en el trabajo; así como el derecho de los trabajadores a efectuar propuestas al empresario dirigidas a mejorar los niveles de protección de la salud en el trabajo.

La evaluación y planificación serán realizadas, efectivamente, en fase de proyecto por personas ajenas a los trabajadores que han de realizar la obra, mientras que el Plan de seguridad, por ser previo al comienzo de la obra, también lo es a la presencia de trabajadores en la misma y, en consecuencia, sin posibilidad de contraste de opiniones e intereses.

En resumen, la seguridad en la obra se inicia con una evaluación inicial de riesgos, que debe recoger el Plan de Seguridad.

Por las razones expuestas este Plan de Seguridad es una conjetura más que una realidad y además se han realizado por personas a quienes la norma no les exige ningún tipo de formación en seguridad.

El RD. 1627/97 introduce dos figuras de nueva creación, los Coordinadores de Seguridad en el proyecto y en la ejecución de la obra, al objeto de promover una programación más eficaz de las medidas preventivas. Aunque no con los resultados previstos, la aportación de estos técnicos parece haber influido en la pequeña, pero esperanzadora, reducción de los Índices de Frecuencia y Gravedad registrada en los últimos años.

Sin embargo, inexplicablemente, en obras de edificación tampoco les exige la norma una formación previa en materia de Prevención de Riesgos Laborales.

Por lo tanto, la seguridad en la obra se inicia con una evaluación inicial de riesgos, que debe recoger el Plan de Seguridad. Debido al desconocimiento de todos los medios materiales y humanos que van a desarrollar su actividad en la obra, a la no exigencia de formación en seguridad de las personas obligadas a planificar la seguridad y a la escasa o nula participación de los trabajadores en dicha planificación, podemos considerar esta seguridad como "teórica".

En consecuencia, mientras esta situación se mantenga, la verdadera seguridad debe sustentarse obligatoriamente en otras herramientas, tales como las inspecciones de seguridad periódicas que deben realizarse en la obra.

 

Camino López, Miguel A., Dr. en Ciencias Económicas macamino@ubu.es
Fontaneda González, Ignacio, Dr. Ingeniero Industrial.
Sánchez Sáiz, Rosa, Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos
Profesores de Prevención de Riesgos Laborales en la Universidad de Burgos.

 

Artículo íntegro.

 

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