Outsorcing.

Colaboración desde México.

¿Frecuentemente oímos hablar de males como la corrupción y la evasión de impuestos. Ambas dañan al país, pero ¿que hay de otras formas más sutiles de burlar la ley, de pisotear los derechos de un trabajador?

Estoy hablando del outsourcing.

El prestigioso experto en derecho laboral De Buen alguna vez ya calificó el outsourcing como la esclavitud del siglo XXI.

Abundan casos donde los derechos de los trabajadores (muchos de ellos jóvenes profesionales del área tecnológica) se ven violados por las grandes empresas trasnacionales asociadas con las agencias locales (caciques modernos).

Gente que lleva años trabajando bajo contratos temporales, otros que inician y tienen contrato “a prueba”, sueldos bajos (y facturaciones altas), despidos injustificados, presión para firmar renuncias, desinterés por las condiciones de los trabajadores, todo esto es ilegal, y aunque la agencia es el patrón, siempre existe el “juego” de evadir la responsabilidad de mejoras culpando a la empresa contratadora.

Agencia y empresa están dirigidas por excelsos hijos del mercado que venderían a su abuela con tal de hacer negocios, que desprecian la condición humana al manosear a profesionales a diestra y siniestra. Esta es la modernidad laboral. Si Marx viviera agregaría un tomo completo a Das Kapital hablando de estas nuevas formas de explotación laboral.

En algunos países de primer mundo esta modalidad de contratación está muy bien remunerada debido a la valoración que se hace del esfuerzo que tiene que desarrollar el trabajador para capacitarse rápidamente, mientras que aquí [en México] su uso ha devenido en una nueva oportunidad de evadir impuestos y responsabilidades.

En este tipo de problemas debería estar concentrada la clase política: en los problemas reales del día a día de la gente.

Soy consciente de que criticar a los diputados no sirve de nada: si acaso uno llegara a leer este articulo (cosa improbable) posiblemente sonreiría ante nuestra inocencia y candidez. A veces parece que los políticos son leales a la patria sin serle leales a los ciudadanos de esa patria, paradójico.

Son necesarias reformas laborales que legislen esos enormes vacíos de la ley laboral. Hoy esa ley está hecha para esquivarse, para alentar formas cada vez mas complejas de explotación al trabajador.

Estaríamos entonces en una encrucijada. Es dudoso que se llegue a legislar a favor del trabajador, pero los esclavos de la productividad aun tenemos esperanzas.

 

 

Gabriel Zermeño
gazer69@hotmail.com
Artículo íntegro.

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