Ilusiones ópticas

La manera en que organizamos nuestro mundo está condicionada en todo momento por lo que percibimos en él. Evidentemente, no somos realistas en nuestra interpretación de lo que nos rodea, aunque tampoco hemos de movernos entre representaciones de la realidad meramente abstractas.

La percepción es un constructo mental, una amalgama de procesos. Tomamos lo que vemos y lo adaptamos, lo modificamos de un modo automático conforme a códigos que hemos ido elaborando de nuestra realidad, desarrollados a través del aprendizaje evolutivo (sucesión de conocimientos que se adquieren con el paso del tiempo). Estoy hablando de ilusiones perceptivas, umbrales de sensibilidad, constancia, arte, organización y un largo etcétera.

Todos habremos tenido en alguna ocasión la posibilidad de experimentar lo siguiente: nos colocamos una goma o un reloj elástico en la muñeca y en un primer momento notamos la presión y ésta incluso puede que nos incomode. Al cabo de un rato nos habremos adaptado. La presión seguirá siendo la misma, pero nuestra sensibilidad habrá disminuido.

También habremos podido comprobar cómo la luna nos parece de un tamaño notablemente mayor cuando la encontramos próxima al horizonte que en lo alto del cielo. Esto ha sido explicado por la "teoría de la toma en consideración", que indica que el tamaño aparente de la luna es calculado a partir de su distancia percibida; al aumentar su distancia aparente, es decir, cuando se nos presenta en el horizonte, se percibe en aumento su tamaño.

Otro fenómeno curioso es el que se produce cuando estamos esperando a que el tren se ponga en marcha y en la vía contigua pasa otro tren. Entonces tendremos la sensación de estarnos moviendo. Este fenómeno se ha venido llamando "movimiento autoinducido del yo".

Estamos limitados por los aparatos sensoriales de nuestro organismo. Si tuviéramos la capacidad de orientación por resonancia de los murciélagos (ecolocación), o pudiéramos detectar las frecuencias lumínicas que percibe una abeja, a bien seguro que nuestra interpretación y comportamiento en el mundo sería muy diferente.

Han existido varios enfoques desde la psicología que han tratado de comprender cómo y por qué se nos presenta la realidad del modo en que lo hace.

Como muestra de ellos, nos encontramos con el movimiento behaviorista, el enfoque empirista, el modelo de la teoría del estímulo y la "Gestalt". Nos vamos a centrar un poco más en este último movimiento por su especial relevancia en el campo que nos ocupa.

La "Gestalt", palabra que en su origen viene a significar "forma", fue la heredera del pensamiento kantiano, en el que se sostenía que la mente imponía su propia concepción interna del espacio y del tiempo a la información sensible que recibía. Postula la existencia de una predisposición innata a localizar las cosas en posiciones espaciales separadas y a ordenar los eventos sucesivamente en el tiempo. El supuesto central de la "Gestalt" es que nuestra percepción capta un todo global, una forma unitaria y una saliencia de la figura sobre el fondo.

Si nos hayamos ante un gráfico en el que encontramos una parte coloreada en negro y el resto en blanco, tenderemos a buscar en lo negro la figura, porque culturalmente estamos habituados a que esto sea así.

La "Gestalt" también promulga unas leyes de agrupación a la hora de aprehender nuestro mundo, como la de "buena continuación", que indica nuestra predisposición a reunir en un todo aquellas partes o unidades que parecen estar alineadas o en suave continuidad direccional unas respecto a otras. Nos fijamos en características físicas que, si se repiten, (por ejemplo: dos figuras curvadas separadas por una recta) nos hacen creer que forman parte de un todo (en este caso, las dos figuras curvadas excluyendo a la recta).

A esto se le llama leyes de semejanza, y si le aunamos el hecho de que estén próximas en el espacio (leyes de proximidad), la agrupación perceptiva estará aumentada. También influyen los agrupamientos por semejanza, de orientación o de color.

Aunque el colectivo que ha estudiado, comprendido y aplicado durante más tiempo el tema de la percepción han sido los artistas, aplicando en sus composiciones la perspectiva, que sería la respuesta a la paradoja de la "percepción proximal", que nos indica que vemos paralelas las vías del tren al mismo tiempo que las percibimos convergentes en la distancia, del mismo modo que percibimos elípticos los platos en una mesa. Así mismo han jugado con ilusiones de figura-fondo (Mae West, de Dalí o Naturaleza muerta de Faitin Latour), utilizando sombras y luces, realizando tratados que estudian las proporciones como Da Vinci o las leyes gestálticas en

el impresionismo.

Podríamos extendernos en un sinfín de ilusiones, leyes, longitudes de onda y frecuencia o temas íntimamente relacionados y tan interesantes como el reconocimiento de caras, demonios de la imagén, el principio de andanada, umbrales de sensibilidad, aplicaciones en el entorno mediático... Pero todo viene a resumirse en lo mismo: el orden que necesitamos encontrar en este mundo de caos.

 

 

María

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