Crátilo.
Era una tarde fría, estabas lejos, se escuchaba la vida en otra estancia. Querías escribir, oír las voces mientras afuera otros te llamaban. La hoja de papel, caligrafía que su propia belleza marchitaba. No pudiste escribir. Anochecía en una habitación hueca y cerrada. La tarde entre tus dedos se hizo huída, un silencio sin sed te rodeaba. La noche te hizo suyo dulcemente hasta que no pudiste ya ver nada. La noche fue un ausente olor a tinta. La hoja de papel se volvió oscura. Eras un solitario que creía que poseían alma las palabras.
|
||
Carlos Frühbeck Moreno Índice de revistas
|
||