Editorial.

11-M.

En el momento de escribir este editorial está todavía presente el dolor del atentado del 11 de marzo en Madrid.

Desde estas líneas queríamos mostrar nuestra repulsa por tan salvaje demostración de barbarie.

Queríamos también mostrar nuestro afecto a todos aquellos que han sobrevivido, a las familias de los fallecidos, a sus amigos y a todos aquellos que han sufrido este brutal atentado.

Pero ha habido otras consecuencias:

Tras el 11-M algunos opinamos que el Gobierno ha tratado de sacar ventaja política ya desde la misma convocatoria. Realizada bajo la bandera española y un lema a favor de la Constitución (querríamos saber qué demonios tiene que ver la Constitución con el terrorismo), excluían a numerosos grupos de población. Podría parecer que, según su punto de vista, aquel que no estaba con ellos estaba con los terroristas.

Sin embargo, todos, sin excepción de nacionalidades, nacionalismos o ideologías, teníamos derecho a estar en esas manifestaciones para mostrar nuestra repulsa.

Vinieron después otras actuaciones todavía más alejadas del correcto juego democrático: la ocultación de datos y la manipulación de los entes públicos de información para tratar de imputar los atentados a ETA.

Lejos de nuestras intenciones disculpar a una banda de asesinos y terroristas. Pero al intentar desviar las responsabilidades hacia ellos (creemos que pretendiendo de obtener beneficio político), el Gobierno ha entrado en su mismo juego.

Nos resulta indignante que toda Europa y todo el mundo supieran ya el sábado antes de las elecciones que los responsables eran grupos radicales islámicos y que aquí, en nuestro país, en el mismo escenario de la acción, se tratara de mantenernos en la ignorancia.

A pesar de que el Ministro Acebes compareció a media tarde para informar de que habían sido detenidos varios sospechosos que hacían dudar de la autoría de ETA, su vaguedad en las respuestas y sus insistencia en que "se seguía trabajando en otras líneas de investigación" no resultaron convincentes.

Algunos creímos intuir en esto que se quería mantener ignorante a todo el país durante las escasas horas que restaban hasta las elecciones, con el fin de asegurarse mejores resultados.

Sin embargo, el acceso de la población a los nuevos medios de comunicación (Internet, cadenas vía satélite, mensajes SMS...) hizo imposible este control de la información.

De esta forma, las manifestaciones espontáneas frente a las sedes del partido del Gobierno demostraron cómo un pueblo indignado puede reunirse en libertad, sin necesidad de ser convocado, para exigir responsabilidades a quienes le gobiernan.

El domingo, la iniciativa ciudadana estuvo muy por encima de los poderes oficiales que representan al pueblo. Su derrota en las urnas es la expresión pacífica y democrática de que el pueblo les ha retirado su confianza, de que su gestión económica no es suficiente para gobernar, que el pueblo (en el cual, recordémoslo, reside la soberanía) exige, además, transparencia y veracidad.

Se escudan ahora en que no se ha sabido apreciar su gestión en los últimos ocho años. Tal vez no se den cuenta de que este vuelco en las urnas es, quizás, la consecuencia de que el pueblo ha valorado demasiado bien dicha gestión.

Algunos de nosotros no olvidamos el Prestige, el accidente de Yak-42 en Turquía, las reiteradas negativas de Aznar a comparecer en el Parlamento como presidente a requerimiento de la oposición y, sobre todo, la guerra de Irak.

El atentado del 11-M ha recordado que nos vimos involucrados en esa guerra en contra de nuestra voluntad, pacíficamente expresada en la calles en forma de manifestaciones multitudinarias.

Alt+64 ya se posicionó entonces en contra de la guerra. Ahora nos ratificamos en aquella opinión, sin que esto suponga una claudicación ante el terrorismo. Retirar nuestras tropas de Irak no supone ceder al chantaje de los violentos, sino rectificar un error cometido en el pasado.

En cualquier caso, sea cual sea el Gobierno de España, es claro para todos que la lucha contra el terrorismo debe ser una de sus prioridades.

Se deben poner todos los medios necesarios para identificar y detener a los responsables de este atentado, así como perseverar en la lucha contra ETA y conta cualquier otro tipo de terrorismo. Sucesos como el vivido el 11 de marzo no deben repetirse.

 

 

alt64@alt64.org

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