Música. U2: Achtung baby.

Pensar que Achtung Baby es un disco de finales del siglo pasado, es casi una herejía. Los que se rasgaron las vestiduras con Rattle and Hum y predijeron el principio del fin para U2, tuvieron que comerse sus palabras, eso sí acompañadas de abundantes patatas, por aquello de disimular su agrio sabor.

El caso es que tras la pequeña “decepción” (?) que supuso Rattle and Hum, fue el momento de desenchufar la máquina, ¿quizás para siempre?. La respuesta llegó 3 años más tarde, era el otoño de 1.991, y los cimientos del Rock And Roll volvían a tambalearse, esta vez a base de estallidos incontenidos de furia guitarrera, del en otro tiempo “tranquilo” The Edge. ¿Qué había ocurrido entre The Joshua Tree y Achtung Baby?. ¿Por qué Bono se nos presenta disfrazado de mosca?. ¿Cómo afectaron al grupo las críticas de Rattle and Hum?. Había demasiadas preguntas que necesitaban una respuesta. Pero lo mejor es empezar por el principio.

Saltándonos el orden (casi siempre comercial) de salida de los singles de Achtung Baby, el LP comienza con toda una declaración de principios e intenciones: Zoo Station. La “sintetizada” voz de Bono ya nos está avisando en mayúsculas: “¡U2 HA MUERTO, LARGA VIDA A U2!”. Bono se ha cortado el pelo, los ochenta han pasado y los “yuppies” se han ido, para no volver. Comienza una nueva década, con todo lo de nuevo, atractivo, experimental que ello supone. Zoo Station representa todo esto y mucho más. Pero antes de poder reponernos de este directo a la mandíbula, enganchamos con Even Better Than The Real Thing, guitarras como nunca antes habíamos escuchado a The Edge, la batería de Larry y el bajo de Adam abriéndose paso como el cuchillo entre la mantequilla. ¿Es este el sonido más auténtico de U2?. Bono responde con otra pregunta, ¿puedes llevarme más alto, acaso puedes elevarme?. Toda una declaración de principios o ¿intenciones? sobre el exceso, la cultura de la autodestrucción, y la ruptura con el pasado que supuso la década de los '90.

El siguiente corte nos trae One, un tema intemporal, de lo mejor de los irlandeses, es como un amor a primera vista, tus ojos son incapaces de parpadear durante 1.000 años y ni siquiera te das cuenta. El mundo se ha parado un instante, y en ese instante, durante un segundo, sabes por primera vez en tu vida, porqué estás pisando esta tierra.

Until The End Of The World, nos trae a U2 fotografiados en blanco y negro, una canción de amor, odio, incomprensión, celos, aburrimiento..., la vida misma. Un soporte acústico excepcional (una vez más las guitarras de The Edge), para la aterciopelada voz de Bono (una de las más personales, siempre con el permiso de un tal Morrissey). Si existe un lado oscuro en todo el mundo, no hay duda de que Until The End Of The World lo es de U2.

Rotos los pedazos, solamente queda esparcirlos, y de esto se encarga Who´s Gonna Ride Your Wild Horses. Una de esas canciones indispensables en un disco, pero que suelen pasar un tanto inadvertidas, sin embargo, al escucharlas siempre apetece un trago e irremediablemente reaparece en tu memoria aquella persona a la que no pudiste “domar”. ¿Está Bono pidiendo perdón o una segunda oportunidad?, ni lo uno ni lo otro, un irlandés sabe muy bien cuando ha perdido.

So Cruel tiene una difícil misión, recuperarnos de Who´s Gonna Ride Your Wild Horses y prepararnos para The Fly. Pero So Cruel tiene una entidad propia dentro del disco. Otra canción de amor-desamor. ¿Por qué la vida no será como una comedia romántica de Hollywood?. Como muy bien dice la “amante” de Bono, “...en el amor no hay reglas...”. Y es que cuando te acabas de levantar, vuelves a tropezar, y cada vez cuesta más levantarse.

Si existe un tema imprescindible, que eleva a la máxima potencia el sonido Achtung Baby, ese es The Fly. Lo mejor es escucharlo en directo, sino es posible, elevar el volumen del equipo HI-FI hasta que los vecinos lo permitan y disfrutar, del universo creado por U2 y recreado por una mosca, que observa la dualidad humana tras unas gafas negras. Ironía, mentira, dolor, venganza, lo peor de nosotros mismos sacado a la luz desde el fondo del alma. Bono ya no viene a salvarnos de nuestro destino, ahora está en nuestras manos, ¿seremos capaces?.

Mysterious Ways nos traslada a un trance personal del que no queremos escapar, la hipnotizante voz (en esta ocasión) de Bono nos confunde y ahoga. Sí es cierto, ella se mueve de una manera inquietante. Y lo provocamos, pero lo sufrimos. Y lo advertimos, pero queremos que llegue. Y nos aferramos, hasta que llega, y llega. Porque sólo tocarlo, ya es un pecado, de “dolor” y placer. Por favor ilumina mis noches.

Nos toca volver a casa de madrugada, tras una noche un tanto agitada, es el momento de un paréntesis en el disco, de correr hacía ti y de escuchar Tryin´ To Throw Your Arms Around The World. A estas alturas de la noche (y del disco), casi todo ya ha sido dicho, nos queda escapar de la jaula y volar y amar. Y preguntarnos porqué necesitamos amar. Y sí, necesitamos un par de gafas de sol, porque ya amanece.

Ultra Violet (Light My Way) es otra canción de amor. Con la peculiar matización que tiene el amor en Achtung Baby, y del que ya se ha hablado. Una base de sonido repetitivo, que marca el tempo de la canción, y de la vida y del amor, cariño ilumina mi camino, ¿por qué nos empeñamos en caminar durante la noche?.

Acrobat queda escondida casi al final del disco, oscura, inquietante, incomoda. Con un Bono furioso que arremete contra todo lo que se le ponga delante. Harto de dialogar, siempre hay un momento para levantarte, y reivindicar lo que eres, sin dejar que te pisen. Hartos de muchas banderas e iconos, tal vez sea el momento de que inventemos unos nuevos.

Con la casi sagrada tradición de U2 de concluir sus discos con una balada Achtung Baby no se salva (para bien) de esta sana costumbre. Love Is Blindness, nos avisa de que conducimos a 200 Km/h directos hacia un precipicio, sin escapatoria. Existen momentos en los que ninguna señal hará que cambiemos la ruta, seguiremos a 200 Km/h hacia el precipicio.

Y todo esto en 12 cortes. Sí, 1.991, el siglo pasado. Un disco en definitiva basado en un nuevo sonido para U2, que ellos lo hacen propio y saben cómo explotarlo. No aparecen fisuras entre los diferentes cortes. Disco de masas para grandes espacios abiertos, donde las bandas y las canciones se hacen grandes.

 

 

Raúl Ruiz

Índice de artículos musicales
Página principal de Alt+64