Apocalipsis 13:18

"Y aquel que tenga inteligencia
que calcule el número de la Bestia,
pues es el número de un hombre,
y ese número es el 666"

 

La mayor parte de la gente lee el número como "seis, seis, seis" en vez de la forma más evidente y sencilla que es "seiscientos sesenta y seis". Sin embargo, esta segunda forma es, en realidad, la correcta.

La razón es la siguiente.

Los judíos (y, evidentemente, los primeros cristianos, pues el cristianismo es, en realidad, una secta escindida del judaismo) consideraban el hebreo como un reflejo matemático del mundo. Existía un valor numérico para cada letra. Cada palabra tenía también un valor numérico, resultante de la suma de los valores de cada una de sus letras.

Consideraban también que palabras con el mismo valor eran equivalentes e intercambiables. Basándose en esto muchos han intentado interpretar el Apocalipsis sustituyendo palabras de igual valor para obtener frases con mensajes ocultos.

De esta forma, decir que "el número de la Bestia" es "el número de un hombre" implica un nombre (el del hombre que será el Anticristo) cuyo valor numérico es 666, leído "seiscientos sesenta y seis". Si decimos "seis, seis, seis" nos estamos refiriendo a los guarismos que expresan el número, no al número en sí.

Pero es que, además, estos guarismos cambian en cada idioma. En números romanos 666 se expresa como DCLXVI, en griego (idioma en el que están escritos los primeros fragmentos conservados de la Biblia) se expresa de una forma diferente, y en arameo (idioma en el cual debió ser escrita originalmente la Biblia) se expresa de otra forma también diferente.

Más aún, en caracteres arábigos (los nuestros) pero en base octal, 666 se expresa como 1232, en hexadecimal como 29A y en binario como 1010011010.

Por todo esto, expresar el número de la bestia como "seis, seis, seis" es incorrecto, del mismo modo que también lo es cualquier conclusión basada en esta forma de expresarlo.

 

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